La presidenta del Parlament, la posconvergente Laura Borràs, la ha liado este jueves en TV3, visiblemente molesta por las preguntas de la periodista Lidia Heredia sobre la causa judicial por presunta corrupción en la que está implicada. Borràs ha mostrado su peor cara ante una Heredia que, sin dejar de sonreír, no ha dudado a la hora de recordarle que, por ejemplo, se han publicado pruebas que, a priori, sitúan a la líder de Junts en una situación comprometida.
Heredia se refería a los mails intercambiados entre Borràs y un amigo y trabajador de la Institució de les Lletres Catalanes que mostrarían presuntamente que la hoy presidenta del Parlament y entonces directora de esta entidad decidió fraccionar contratos para beneficiar a esta persona. Algo que Borràs ha rechazado rotundamente: «Vengo a contrarrestar con información la intoxicación».
«Los mails están manipulados«, ha asegurado visiblemente enfadada, «y es muy grave todo. Es muy grave que te investiguen sin poderte investigar. Es muy grave que te atribuyan delitos por los que piden 20 años de prisión».
Presunción de inocencia
El enfrentamiento no ha quedado ahí. A Borràs tampoco le ha gustado que Heredia le preguntara por lo sucedido esta semana en el Parlament, cuando ni ERC ni la CUP aceptaron modificar el reglamento de la Cámara autonómica con el fin de que quedaran blindados sus derechos como diputada. En este sentido, la posconvergente ha negado que Junts «haya maniobrado nada». Borràs ha dejado claro que «la Mesa del Parlament no tiene ninguna potestad para llevar a cabo una reforma del reglamento». Y ha asegurado que lo que se hizo fue atender al informe de los letrados de la Cámara que indica que el artículo 25.4 de este documento, que obliga a los diputados imputados en temas de corrupción a presentar su dimisión, «vulnera la presunción de inocencia«. Esta posible reforma, ha añadido, tendrá que analizarla la Comisión del Reglamento.