Vuelven a producirse aglomeraciones en la entrada principal del Hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida). Parece ser que cuando bajan las temperaturas, y el riesgo de contagio por COVID-19 es mayor, la atención a los usuarios también empeora.
A principios de noviembre del año pasado, ya se producían aglomeraciones diarias en el vestíbulo de entrada de los dos principales hospitales leridanos: el Hospital Arnau de Vilanova y el Santa Maria de Lleida. Un año después se detectan, una vez más, colas larguísimas en la entrada principal, tal y como han denunciado desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF).
Medidas ineficaces
Fuentes del sindicato insisten en que estas aglomeraciones pueden aumentar los casos de contagio, dado que no se respeta la distancia de seguridad. Por ello, exigen la reorganización de este espacio. “Pedimos la apertura de la puerta de acceso del jardín del espacio de consultas externas lo antes posible. Así se pueden evitar estas situaciones y facilitar el acceso de los usuarios al transporte público”, recomiendan.
Desde el CSIF, también ponen en evidencia la ineficacia de la carpa exterior como espacio de espera de los familiares ingresados en la zona de urgencias. “Parece ser que esta carpa exterior ha sido sustituida por barracones. El barracón, con bancos en el interior, está muy separado del espacio reservado a urgencias, no dispone de lavabo y es muy reducido. Ni la carpa ni los barracones son una solución adecuada”.
Por ello, piden otras medidas más adecuadas, incluida la construcción de un habitáculo adecuado y digno adaptado al clima de Lleida, si fuera necesario. Y es que en las Comarques de Ponent, los inviernos son más fríos que en otros puntos de Cataluña. Ahora que bajan las temperaturas, no es de recibo que los acompañantes de los pacientes esperen al aire libre, dentro o fuera, de una carpa.