Pese a los indultos concedidos por el Gobierno a los líderes del procés —según el Ejecutivo, para «destensar» la situación en Cataluña; según la oposición, para contentar a sus socios de ERC—, el separatismo sigue acumulando problemas con la Justicia. Por una parte, está la causa abierta por el Tribuna de Cuentas, que reclama a algunos de sus dirigentes 5,4 millones por la promoción exterior del proceso secesionista. Por otra, están casos como el del exvicepresidente del Parlament de Cataluña, Josep Costa, acusado de tramitar resoluciones a favor del referéndum y la monarquía y que acaba de ser detenido este miércoles por la mañana en Barcelona.
El motivo de la detención del dirigente de Junts per Catalunya, abogado de Carles Puigdmont y uno de sus colaboradores más cercanos, es haberse negado a declarar ante el juez cuando fue citado en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña hace unas semanas. Ese mismo día, Costa colgó un vídeo en sus redes sociales avisando de que no acudiría a su cita ante al magistrado al no «reconocer» su autoridad para juzgarlo.
«No estoy dispuesto a establecer una mesa de diálogo con unos jueces y fiscales represores que no tienen nociones básicas de lo que es la separación de poderes. Mi objetivo es ganar esta batalla en Europa, por eso he decidido no presentarme a declarar», fueron los motivos expuestos por Costa en las redes para no cumplir con sus obligaciones judiciales.