A pesar de que la Generalitat no se encuentra en su mejor momento financiero y su grado de endeudamiento no le permite hacerlo más, su inversión en construcción nacional no decae. Hace poco, supimos gracias a un estudio elaborado por la asociación constitucionalista Impulso Ciudadano que el Govern gastaba al año nada menos que 1.000 millones en fomentar el separatismo o la identidad nacional exclusivamente catalana. Parte de este presupuesto, como es sabido, se destina a difundir la causa secesionista en el exterior, que llevan a cabo el Diplocat a través de lo que se conoce como embajadas catalanas.
Pues bien, la actividad del Diplocat es más intensa que nunca. Prueba de ello es que los actos que promocionan el nacionalismo catalán en el exterior se han multiplicado este mes. Por una parte, hoy mismo, en Lisboa (Portugal) tendrá lugar el seminario La cuestión catalana en la prensa portuguesa. Por otro, mañana se celebrará otro seminario organizado por la Generalitat en inglés a través de las redes en el que se abordará de qué manera puede la tecnología ayudar a las lenguas minoritaria. El acto contará con la Plataforma per la Llengua, organización radical que ha llegado a espiar a los niños en el colegio para saber si hablaban en catalán. Por último, en París se celebrará el próximo 20 de octubre la presentación del libro Napoleó, la revolució i els catalans, de Antoni Gelonch, también organizado por el Diplocat.