El lunes 11 de octubre de 2021 por la tarde tuve el honor de ser invitado al Club Empel, la sede de Somatemps – una de las instituciones unionista más antiguas de Cataluña que lucha por el respeto al sentimiento español – para asistir a un debate relacionado con el día de la Hispanidad del 12 de octubre. Los ponentes procedían de diferentes regiones de España y el intercambio fue de muy buen nivel. En el transcurso de la velada, la iniciativa de rendir homenaje a las víctimas de Lluís Companys el 3 de octubre en Ginebra recibió una gran ovación.
Me invitaron a hablar. Quiero dar las gracias a los organizadores de esta hermosa velada académica, familiar y patriótica. Mi observación, que expreso modestamente, es la siguiente:
No creo en la leyenda negra. Lo que ocurre en España es responsabilidad exclusiva del pueblo español. Sin embargo, es cierto que un Estado que quiebra dos veces en una década y depende de la Unión Europea para que lo rescate ya no tiene su destino en sus manos. El aparato separatista catalán ha declarado la guerra abierta a la nación española. Es hora de que todos los españoles se den cuenta de eso. No se negocia con alguien que está en guerra contra ti. También le hacemos la guerra y sólo iniciamos las negociaciones cuando el enemigo tiene las dos rodillas en el suelo. El peor enemigo de los españoles es la pérdida del orgullo.
A nivel internacional, la prensa mencionó recientemente la sombra de Rusia detrás de lo que ocurre en la autonomía catalana. Los rusos están definitivamente allí. Tienen razón y no son los únicos. Una potencia económica y militar que se precie tiene que estar presente como observador en Cataluña. Un lugar de alto valor estratégico en el Viejo Continente.
Las organizaciones criminales también están presentes en cataluña: la ndrangheta, la mafia rusa, los grupos yihadistas…
Las organizaciones criminales también están presentes en Cataluña: la Ndrangheta, la mafia rusa y los grupos yihadistas, por nombrar sólo algunos. Pero lo peor que le está pasando a España a nivel internacional es la actitud del gobierno de Macron en Francia. Desde el otoño de 2018, estamos recibiendo informes muy frecuentes de lo que está sucediendo en los Pirineos Orientales (Occitane): la imposición del aprendizaje de la lengua catalana en las escuelas primarias; la libre circulación del prófugo Carles Puigdemont de Coliure a Elne sin que nunca haya sido molestado por las autoridades; media docena de asociaciones registradas en Perpignan con el bendicion de la prefectura y que tienen como objetivo la independencia de Cataluña; la organización de grandes manifestaciones separatistas con la más completa negación de la pandemia de Covid-19: El sábado 29 de febrero de 2020 en Perpiñán (Parc des Expositions) y el 60º aniversario de Òmnium Cultural en Elna en junio de 2021. En Languedoc-Rousillon hay varias decenas de alcaldes a sueldo del aparato separatista catalán.
Emmanuel Macron y sus ministros han sido informados regularmente de lo anterior por el Grupo frances de la Asociación Catalunya peuple d’Espagne CPDE; padres y otras personalidades francesas. Macron lo niega expresamente. Está avivando las llamas del comunitarismo. Es el presidente francés más tóxico para la España constitucionalista desde François Mitterand. El pasado fin de semana, el segundo club de rugby de Francia, «Les Dragons Catalans» de Perpignan, disputó la final de la Superliga con una camiseta que representaba a la Estelada separatista. Todo ello con la bendición del Primer Ministro francés Jean Castex. Así que creo que antes de temer a los rusos, España debería aclarar la situación con el vecino francés. Aprovechar que Francia está débil y con vientos en contra (problemas con Argelia y pérdida del contrato de submarinos con Australia).
