Se da por hecho habitualmente que el estrambótico Consell per la República, una especie de Govern paralelo con sede en Waterloo, es un chiringuito creado a la medida de Carles Puigdemont para que el ahora eurodiputado y fugado de la Justicia desde octubre de 2017 pueda seguir campando por el mundo a sus anchas. La realidad es que tanto Junts como ERC controlan la asociación, que ya tiene cerca de 100.000 miembros, que pagan un mínimo de 10 euros anuales para poder formar parte de la misma. También forman parte del mismo representantes de dos de las formaciones integradas en la CUP, además de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y otras entidades de la órbita separatista.
Este Consell per la República celebra en las próximas semanas elecciones para tener su propio Parlament, llamado Assemblea de Representants. Ya cuenta, por ejemplo, con su boletín oficial, en el que las primeras publicaciones han sido precisamente la convocatoria electoral y las candidaturas. Y son estas elecciones las que Junts quiere utilizar para hacerse con el control total de la entidad. A las mismas pueden concurrir ciudadanos anónimos pero también cargos electos. Se han presentado, en total, 525 candidatos, de los cuales 40 son ya cargos públicos reales en Cataluña. Nada menos que el 78% de quienes se han presentado por esta vía pertenecen a Junts. Un movimiento que indica claramente que Carles Puigdemont está dispuesto arrebatar a ERC cualquier posibilidad de gestionar el Consell per la República.
Por otro lado, entre los no electos han presentado candidaturas personajes del mundo separatista como el controvertido mosso Albert Donaire o el también polémico Toni Albà.