Los grupos anti-Colau preparan una nueva acción de protesta contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, este jueves, 23 de septiembre, en la plaza de Sant Jaume con motivo del inicio de las fiestas de la Mercè. Estos colectivos han convocado una gran pitada (XiulADA) en el momento en el que la alcaldesa se dirija a los barceloneses durante la presentación del pregón, que este año correrá a cargo de la activista y líder vecinal Custodia Moreno.
Este colectivo señala que «la gran pitada debe servir para protestar sobre la grave situación de decadencia y ruina que padece Barcelona debido a la mala gestión de Colau como alcaldesa». El urbanismo táctico, la inseguridad, el tranvía por la Diagonal, la suciedad en las calles, el nuevo impuesto del agua, las restricciones a los automóviles, la dejadez en las terrazas, los bancos de hormigón en la calzada o las subvenciones municipales a entidades amigas, son algunos de los motivos que han dado pie a estas protestas.
Aforo limitado y con invitación
Todo apunta a que habrá una limitación del aforo en Sant Jaume debido a las medidas contra el COVID-19, un hecho que la alcaldesa Colau aprovechará para minimizar la protesta, según señalan fuentes de la organización. En principio, solo podrán acceder a la plaza aquellas personas que tengan invitación y estén acreditadas. Además, no están previstas las pantallas que se instalaban en el exterior del Ayuntamiento para seguir en directo el pregón de la Mercè, tal y como ya sucedió el año pasado por la pandemia.
Los anti-Colau han anunciado que, en el caso de que la entrada a Sant Jaume quede restringida al público, se establecerán diferentes puntos de encuentro sobre las 18.15 horas, 45 minutos antes de que se inicien los actos del pregón. La intención de los convocantes es seguir el evento desde los entornos del Ayuntamiento de Barcelona como la Plaza Sant Miquel y las calles Ciutat, Bisbe, Ferran, Jaume I y Llibretaria.
Silbatos, bocinas y todo lo que suene
Los organizadores de la pitada, por otro lado, proponen llevar silbatos, bocinas y todo tipo de instrumentos que hagan el mayor ruido posible, para que, cada vez que Colau hable, se escuche la protesta.
La ventaja para la alcaldesa es que el pregón se realizará en el interior del Saló de Cent, un hecho que minimizará el ruido. Fuentes de la oposición constatan que «los pitos seguramente no pasarán inadvertidos». En este sentido, recuerdan que en anteriores celebraciones en el Saló de Cent los gritos y pitos se escuchaban sobradamente. «La propia Colau ya vivió las protestas en primera persona durante su investidura en 2019, pero también los aplausos y gritos de apoyo cuando fue proclamada alcaldesa por primera vez en 2015», han añadido.
De impulsora de escraches a abucheada
Este tipo de protestas contra la gestión de Colau comenzaron hace dos años con el movimiento vecinal llamado Tsunami veïnal y han seguido varias manifestaciones de los grupos conocidos como anti-Colau. Recientemente, en las fiestas de los barrios de Gràcia y Sants, la alcaldesa ha sido abucheada y pitada durante sus intervenciones. Especialmente duro para Colau fue el pregón de Gràcia. El pregonero era el activista independentista y presidente de Òmnium, Jordi Cuixart. La pitada fue tan estruendosa que la alcaldesa se echó a llorar y tuvo que ser Cuixart el que mediara para calmar los ánimos del público que ocupaba la plaza Vila de Gràcia. Un gesto que costó a Cuixart duras críticas del separatismo en general.
Fuentes de la oposición, finalmente, recuerdan que Ada Colau llegó a la Alcaldía de Barcelona realizando escraches a los políticos cuando era activista de la Plataforma Afectados por la Hipoteca (PAH). «La paradoja», han añadido, «es que ahora ella los sufre y le molestan los gritos y abucheos de protesta por su mala gestión».