La publicación en The New York Times de un reportaje en el que se intentaba demostrar que el entorno del fugado Carles Puigdemont mantiene cuestionables lazos con personas cercanas al Gobierno de Vladímir Putin ha activado más de una alarma. A pesar de que en España el juez Joaquín Aguirre ya dio luz verde a profundizar en una investigación en este sentido, ha sido el reportaje del NYT el que más temores parece haber creado. Tanto es así que el Parlamento europeo ha dado luz verde a otra investigación con la que pretende conocer qué hay de cierto en todo lo publicado.
Ha sido una enmienda del Grupo Socialdemócrata la que ha permitido a la Eurocámara tratar esta cuestión. La enmienda ha recibido el voto a favor de nada menos que 462 eurodiputados. Solo 113 han votado en contra y 95 se han abstenido. El texto aprobado señala que «las recientes revelaciones sobre contactos estrechos y regulares entre funcionarios rusos, incluidos miembros del servicio de seguridad, y representantes de un grupo de secesionistas catalanes en España requieren una investigación en profundidad«.
Investigación que, por otro lado, ha defendido la eurodiputada de Ciudadanos Maite Pagazaurtundúa, quien ha asegurado que la injerencia rusa en Cataluña a través de Puigdemont y su entorno forma parte de «una estrategia para desestabilizar a la UE«. «Es muy serio«, ha añadido en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, «que el entorno directo de un eurodiputado mantenga relación con agentes especializados en desinformación y amenazas híbridas».