El malestar y la división crecen por minutos en el Palau de la Generalitat. Este martes, la última bronca entre ERC y Junts a las puertas de la más que cuestionada mesa de diálogo, ha tenido que ver con la decisión del presidente Aragonés de vetar la asistencia a la misma de Míriam Nogueras, Jordi Sànchez y Jordi Turull, dos de los presos indultados por el 1-O. Esta decisión llega a pocas horas de que la vicepresidenta de Junts, Elsa Artadi declarase este lunes en rueda de prensa que Aragonés no debía asistir a esta mesa en caso de que Pedro Sánchez no estuviese.
Según Artadi, «por dignidad institucional» el «molt honorable president» debería actuar en consecuencia de lo que Junts considera «un menosprecio permanente» del Gobierno de España a Cataluña. Un día después de que Artadi avisara a Sanchez y Aragonés de que su formación vigilará la mesa de diálogo, el presidente catalán ha decidido dejar fuera de esta a las tres personas designadas por Junts.
Puerta abierta a consellers
Aragonés ha declinado esta representación de Junts en la mesa de diálogo en la que, salvo el vicepresidente Puigneró, se habían designado perfiles de carga simbólica. De momento, según Aragonés, solo asistirán en representación de Cataluña Laura Vilagrà, Roger Torrent y él mismo, aunque ha dejado la puerta abierta Junts a designar nuevos representantes, siempre y cuando «sean miembros del Govern».
Primeras reacciones en redes
La decisión de Aragonés ya está provocando el debate en redes donde, entre otras cosas, se habla de que el presidente catalán habría vetado a sus «socios» por indicaciones expresas de Moncloa.