Cuando solo quedan tres días para la celebración más descafeinada de la Diada de Cataluña de los últimos años y con la incerteza patente de los organizadores ante un posible fracaso de público en la manifestación secesionista, la ANC (Assemblea Nacional de Catalunya) saca su lado más visceral para intenta animar la convocatoria.
Con las restricciones de la pandemia, los indultos, la división entre partidos independentistas y el hartazgo generalizado, tras una década de movilizaciones, las sensaciones no son buenas. Todo hace presagiar que este año no será fácil llenar las calles de Barcelona de manifestantes con la correspondiente estelada. Además, el 11-S cae en sábado y las previsiones meteorológicas alertan sobre posibles lluvias, otro factor que puede desincentivar la movilización.
Además, este año, se ha eliminado por primera vez el sistema de inscripción para la manifestación, debido que existe un temor real de la organización ante la baja afluencia de participantes. Curiosamente la página oficial de la Assemblea vende optimismo: “Con motivo del incremento de asistencia prevista y la necesidad de garantizar la movilidad para las multitudes, la ANC ha decidido mover el escenario de la Diada fuera del parque de la Ciutadella, que permanecerá abierto. Esta decisión se ha acordado con los departamentos de Interior y de Salud de la Generalitat”.
A pesar de todo, la ANC no desfallece. A finales de agosto, con la vuelta de las vacaciones de verano, lanzó una campaña para promover las manifestaciones del 11-S y 1-O en los puentes de las autopistas catalanas. En tono provocador, advertía a la Guardia Civil de la acción. “Despediremos agosto con otro fin de semana de Puentes por la Independencia. Ya avisamos a la Guardia Civil que seguramente volverán a ver bastantes esteladas por todo el país”.
Lo más destacado de la acción fue el uso de un maniquí con peluca y gafas que recordaba a Carles Puigdemont. Dicho muñeco, se dedicaba a saludar desde un puente a los conductores que pasaban por la AP7. Mediante un hilo, el maniquí Puigdemont podía mover su mano de pega. Una acción con tintes frikis, pero que consiguió el objetivo: viralizarse en las principales redes sociales.
Para seguir intentando caldear el ambiente previo al 11-S, durante la rueda de prensa de presentación de la manifestación independentista, la presidenta de la ANC, Elisenda Paulize, insinuó que durante el recorrido de la movilización por Vía Laietana habrá algún tipo de acción pacifica frente la Jefatura de la Policía Nacional. Este edificio representa el blanco de las iras de los sectores más radicales del independentismo y extrema izquierda, además de ser punto de encuentro durante las protestas por la sentencia del procés, en octubre de 2019.
La incomodidad de ERC con la ANC
El recorrido de la manifestación de la Diada se iniciará a las 17.14 horas en plaza Urquinaona y bajará por Vía Laietana; pasará por el Paseo de Isabel II, Av.Marquès d’Argentera, para terminar frente a la estación de Francia. La organización ha alegado motivos de seguridad para no incluir el parque de la Ciutadella y las puertas del Parlament en el recorrido final de la manifestación, acortando el trayecto a dos kilómetros, muy lejos de aquellas manifestaciones masivas que ocupaban gran parte de la Diagonal.
La decisión de la ANC de incluir el Parlament en el recorrido de las movilizaciones era un hecho que no entusiasmaba al entorno de ERC y al presidente Pere Aragonés. Por este motivo, ha habido un cambio de recorrido en la manifestación, a pesar de alegar motivos de seguridad apelando a la necesidad de cumplir las normas sanitarias contra el COVID-19.
Previsiblemente, los discursos finales de los organizadores tendrán un tono crítico con la mesa de diálogo entre Generalitat y Estado que se reunirán dos días después en Barcelona, el lunes 13 de septiembre.
Elisenda Paulize ya anunció que las reivindicaciones de la Diada debían de servir para presionar al Govern y a los partidos independentistas, porque el objetivo prioritario es recuperar la unidad del 1-O y conseguir la independencia.
En una entrevista realizada en Catalunya Ràdio este miércoles, la presidenta de la ANC ha señalado: “Doy por hecho el fracaso de la mesa de diálogo para lograr un referéndum de autodeterminación acordado. El Estado repite que no discutirá sobre autodeterminación”.
Tras ser preguntada sobre la posible asistencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a la manifestación del sábado, considera que la presencia debe obedecer a que compartan el mensaje de la manifestación de este año, Luchemos y ganemos la independencia: “Nuestra presión es hacer que, más allá de asistir a la manifestación, lo lleven a cabo”.
Por su parte, el presidente Aragonès señalaba ayer en su Twitter: “Un año más, la Fiesta Nacional será una jornada de autoafirmación y una manifestación de la lucha compartida para la independencia. Trabajamos para construir un país social y económicamente más próspero. Por una Cataluña libre y justa”.