La renuncia del hasta agosto obispo de Solsona, Xavier Novell, por el amor de la psicóloga y escritora Silvia Caballol se ha convertido en todo un culebrón que ha sorprendido a muchos. Sobre todo, a los que apenas tenían relación con el ya ex prelado. No así a quienes le conocían bien, como parece ser el caso de la controvertida Sor Lucía Caram. La monja amiga de la cúpula del procés ha publicado en Religión Digital un artículo en el que deja claro que Novell «no estaba en sus cabales» desde hace años y que la Iglesia era consciente de la delicada situación emocional del religioso, aunque este, al parecer, no se dejaba ayudar.
Entra en la lógica de nuestros tiempos que los datos más morbosos de la noticia de Novell hayan corrido como la pólvora. Nadie puede evitar, como mínimo, la sonrisa al conocer que el ex obispo ha colgado los hábitos por una mujer que, además de psicóloga y escritora de novelas eróticas y satánicas, es madre de dos hijos y está divorciada de un marroquí. Sería el perfecto argumento para el realismo mágico sino fuera porque, atendiendo a lo que indica Sor Lucía Caram, Novell es una persona «débil psicológicamente» que, a lo largo de los años, ha tomado decisiones que han puesto en más de un aprieto a la Iglesia. «Se le ofreció todo tipo de ayuda para recuperar su salud mental y emocional», dice Caram. Pero parece que el ex obispo rechazó el ofrecimiento.
Mentor y discípulo
Novell siempre ha sido controvertido. Por ejemplo, era un firme partidario de las crueles terapias de reconversión para los homosexuales. Pero, según Caram, además de impartirlas, fue también «discípulo» de las mismas. «Unas terapias morbosas, escabrosas y enfermizas», recuerda Caram, «que generan en sus participantes angustia y en muchos casos les llevan al suicidio o a la desesperación. Y hay testigos que le acusan y a los que sienten les destrozó la vida«. Y añade para que no queden muchas dudas: «Terapias en las que fue mentor y dicen que discípulo. Unas terapias que pretenden curar a los gay de su enfermedad, en las que el converso acabó enfrentándose con los colectivos LGTBI por sus afirmaciones estigmatizantes y ofensivas y que le llevaron a enfrentarse con personas con las que él mismo había militado antes de su conversión«.
No quedan ahí las acusaciones de Caram. La hermana recuerda que «Novell echó de misa a las jovencitas que iban con minifalda y se atrevió a subir sus fotos en Facebook». Además, «echó de las parroquias a los escoltas porque les exigía que se hicieran catecúmenos»y «se enfrentó con el clero y los curas que estaban a su lado, por uno u otro motivo, se fueron apartando».
Los que le rieron las gracias
Sor Lucía tiene claro que ninguno de los escándalos protagonizados por Novell son culpa de la Iglesia. Menos aún «de las pérfidas mujeres tentadoras» o del «celibato». «Que asuman sus responsabilidades aquellos que le rieron las gracias instrumentalizándolo y que ahora le exculpan o miran para otro lado», exige en su artículo, «cuando van conociendo la magnitud de cada uno de los escándalos».
Caram, finalmente, se refiere a Novell como «juguete roto» y le reclama que «reconozca el daño que hizo y, si es posible, que pida disculpas porque son muchos los que se sintieron heridos, traicionados y maltratados por sus posturas, salidas de tono y extremos». Sobre todo, añade, aquellos a los que «hirió profundamente» con sus terapias contra la homosexualidad.