El secretario del ex presidente Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, ha reconocido este viernes en TV3 que, tanto él como el ahora eurodiputado y fugado de la Justicia española, han mantenido reuniones con diferentes personalidades rusas como parte de la estrategia de búsqueda de apoyos para la independencia de Cataluña. «No hemos ido a Rusia a hablar de ni de caviar, ni de la ópera rusa, ni de vodka», ha afirmado Alay, «hemos ido a hablar de asuntos que interesan para la creación de un estado independiente en el futuro».
De este modo, ha respondido Alay a la investigación publicada por The New York Times (NYT), según la cual el separatismo de la órbita de Puigdemont ha buscado el apoyo de Rusia para lograr la independencia. Un apoyo que, en base a esta investigación, pasaría incluso por financiación para la causa separatista y que habría tenido algunos resultados como la creación de la organización supuestamente anónima Tsunami Democrátic.
Sorprendentemente, en la misma entrevista Alay se ha referido a esta entidad como «uno de los movimientos ciudadanos más extraordinarios que ha habido en Europa». Algo difícil de creer considerando que, en octubre de 2019, apareció de la nada poco antes de que se conociera la sentencia contra los responsables del referéndum ilegal del 1-O. Sus responsables no han sido aún identificados, aunque la Guardia Civil sostiene, en el marco del caso Voloh, que entre ellos se encuentran el empresario convergente David Madí y el ex conseller de ERC Xavier Vendrell.
Levantar dudas en Bruselas
Alay, por otro lado, ha asegurado que la investigación del NYT se basa en «historias de fantasmas que Madrid intenta explotar continuamente». Y ha añadido que esta actitud por parte del Gobierno central tiene como principal objetivo «levantar dudas en Bruselas sobre el independentismo catalán».
El secretario de Puigdemont ha insistido a lo largo de la entrevista en que el objetivo tanto del ex presidente como de quienes le rodean es declarar la independencia «a corto o medio plazo». Alay también ha afirmado que el Govern, antes con Quim Torra y ahora con el republicano Pere Aragonés, está al tanto de todos los viajes que realiza Puigdemont. Algo que desde ERC se ha negado al NYT, apelando a que Puigdemont no forma parte del Govern y tiene su propia agenda.
Josep Lluís Alay, finalmente, ha subrayado que para el reportaje del NYT se han utilizado conversaciones privadas mantenidas entre él y su abogado, Gonzalo Boye. Algo que, además de ser delito, significa, ha añadido, que «alguien ha tenido que filtrarlas». Alay ha responsabilizado de ello a la Guardia Civil y al juez Joaquín Aguirre y ha asegurado que esto «no es propio de un Estado de Derecho».