Septiembre es sinónimo de vuelta. A escasos días de que comience el mes, volvemos a la rutina. Unos a trabajar y otros al colegio o a la universidad. Y nuestros políticos al Congreso de los Diputados. Quien seguro que no aparecerá es Pedro Sánchez. No está ni se le espera.
El Presidente lleva un verano viviendo a cuerpo de Rey, y nunca mejor dicho, bronceándose mientras estallaba una crisis sin precedentes en Afganistán a causa de la victoria de los talibanes frente a los defensores del modelo de convivencia occidental. Mientras todos los jefes del Ejecutivo de otros países salían a dar ruedas de prensa y a preocuparse por la situación que vivían sus conciudadanos en el territorio afgano, el Presidente del Ejecutivo español, posaba en traje con alpargatas en las Canarias. Una imagen surrealista en otro país cualquiera, pero que ha pasado sin ton ni son en nuestro país. Como diría un amigo mío: «Estamos en España».
Ya no pueden vender a Pedro Sánchez porque este verano el Presidente no se ha bronceado, se ha achicharrado ante su propio postureo
La política de marketing llevada hasta el extremo por el gobierno socialista acaba por volverse contra ellos. Ya no pueden vender a Pedro Sánchez porque este verano el Presidente no se ha bronceado, se ha achicharrado ante su propio postureo. Sólo podemos esperar que, frente al pasotismo absoluto de Sánchez, la oposición saque los colores a este gobierno, y créanme si les digo que Pablo Casado lo está haciendo. El Presidente del PP no sólo está haciendo un gran trabajo de oposición sino que, además, está proponiendo una alternativa de gobierno y que se verá reflejada en la convención que se celebrará el próximo mes de octubre. Esa alternativa es muy importante en momentos en que otros partidos políticos sólo proponen echar a Sánchez del Gobierno pero sin ninguna propuesta realista. Porque los españoles están hartos de tanto ruido y de tanto postureo, los españoles quieren un gobierno que les gobierne, y que sobre todo no malgaste el dinero del contribuyente.