El curso político comienza en Cataluña el 11 de septiembre, día en el que los separatistas toman las calles de Barcelona desde hace una década para reivindicar la ruptura con España. A medida que ha ido pasando el tiempo, la capacidad de convocatoria de sus organizadores, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, ha descendido, aunque cada 11-S se ha convertido en un espectáculo con performance incluida. La pandemia hizo que el año pasado la Diada fuera un acto simbólico con escasa participación. En este 2021, el protagonismo lo tendrá la división con la que el independentismo llega a su gran cita.
Los organizadores quieren conmemorar en esta ocasión el cuarto aniversario del referéndum ilegal del 1-O, por lo que han programado actos tanto para septiembre como para octubre, con citas tan delirantes como la procesión de las urnas del referéndum por diferentes localidades catalanas. Sin embargo, el acto principal será el de la Diada, que, en esta ocasión, no tendrá performance y que se presenta como una manifestación pura y dura en la que las protestas se dirigirán tanto contra el Estado como contra ERC y su mesa de diálogo con el Gobierno del socialista Pedro Sánchez. Los tiempos de concordia entre la ANC y los republicanos parecen ser ya cosa del pasado.
Urquinaona, Laietana y Parlament
La manifestación comenzará en la Plaza de Urquinaona sobre las 16.30 horas y, pasando por la Comisaría de la Policía Nacional de la Vía Laietana, acabará en las cercanías del Parlament. Tres puntos calientes para el separatismo más radical: Urquinaona fue el centro de las protestas tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del procés en octubre de 2019; la comisaría de Vía Laietana, el símbolo de lo que los separatistas consideran la «represión» tanto del referéndum ilegal del 1-O como de las protestas contra la sentencia, y el Parlament, y esta es la novedad más destacada, la institución que hoy apuesta, de la mano de ERC, por un diálogo con el Estado que los más ultras, representados por la ANC, Junts y Guanyem-CUP, no comparten.
Por otro lado, los actos institucionales, como la ofrenda de flores en el monumento de Rafael Casanova, tendrán lugar en la mañana del día 11. Un horario en el que también se movilizarán diferentes grupos radicales como La Partida Final o Black Bloc Catalunya. Tras el acto de la ANC y Òmnium, además, está prevista otra manifestación convocada por la CUP, en la que están integrados entidades como Arran o Endavant, protagonistas habituales de todo tipo de algaradas en la capital catalana. La protesta comenzará también en la Plaza de Urquinaona.
Los CDR, por su parte, aún no han anunciado de qué manera participarán en las protestas de la Diada, aunque sí han avanzado que saldrán a la calle. Y lo harán sobre todo contra el establishment del procés. En un comunicado, han señalado que no se quedarán «en casa a la espera de un movimiento simbólico que desdibuje la fuerza del pueblo organizado».
Tomates contra los ‘sí pero no’
Más llamativa es, finalmente, la postura de antiguos popes del procés como el controvertido Mark Serra. Ex miembro del PDeCAT, abandonó la candidatura de Junts, liderada por Carles Puigdemont y Laura Borràs, tras denunciar que, aunque en las primarias había obtenido el puesto número 20, la organización lo había relegado al 75. En su perfil de Facebook, propone ahora acudir al 11-S con tomates y arrojárselos a «los políticos que viven de la independencia pero no son independentistas».