Los que consideran que el separatismo es un movimiento esencialmente victimista no parecen tener motivos para cambiar de opinión, sobre todo si atienden a los argumentos que suele esgrimir la CUP. En el recuerdo de muchos, están las palabras de la exdiputada de la formación Anna Gabriel, actualmente fugada de la Justicia en Suiza, que llegó a asegurar que «bajo la opresión española la vida no merece la pena ser vivida». Ahora, ha sido la diputada antistema Laia Estrada la que ha asegurado en una entrevista en el diario El Punt Avui haber sufrido «represión» incluso antes de su nacimiento.
«En mi casa siempre han sido personas implicadas en los movimientos sociales y políticos. El primer caso represivo lo vivo en la barriga de mi madre. Cuando estaba embarazada de mí, la llevaron al calabozo por haber participado en una acción de La Crida», lamenta Estrada en la entrevista. La dirigente antisistema, que percibe un salario de más de 60.000 euros anuales, también desgrana otros argumentos no menos polémicos, como asegurar que quién no es separatista está ejerciendo opresión contra Cataluña: «La reivindicación de la soberanía no se puede obviar, no puede quedar en el aire, porque, si no, se está formando parte de la opresión del Estado».