El anuncio de la ampliación del Prat pactada entre el Gobierno central y la Generalitat —que supone una inversión por valor de 1.700 millones— parece que no está saliendo como el separatismo esperaba. Lejos de interpretarse como una claudicación del Estado ante la posición de fuerza que ostenta la Generalitat y una nueva cesión ventajosa para Cataluña, son muchas las voces las que han cargado contra las consecuencias medioambientales de tal operación, sobre todo desde la izquierda. Ahora, parte del secesionismo también cuestiona la ampliación.
El expresidente de la Generalitat Quim Torra rechazó ayer en un artículo en el diario Ara dicha ampliación, que «todo el mundo sabe que tiene unas implicaciones catastróficas», y reclamó al separatismo luchar por la defensa del medio ambiente. «Basta de poner los intereses económicos y de un consumo enfermizo por encima de la naturaleza, de la misma forma que dije basta a pasar los intereses empresariales por encima de la vida y la salud de las personas con la pandemia», señala Torra. Y añade: «Sí, tiene que haber otra manera de vivir. La ampliación del Aeropuerto no forma parte de ella», apostillando que el cambio climático y el coronavirus han demostrado la vulnerabilidad de la Tierra.
El secesionismo como adalid del ecologismo
Así pues, exige que el «independentismo debe tomar la bandera del medio ambiente como una de sus banderas más importantes». «Que no nos pase como puede pasar con la lengua, que el día que tengamos un Estado ya no nos quede país. Conviene salvar la tierra, el entorno, el medio, para salvar el país», concluye.