La posibilidad de perder las vacaciones de agosto debido a la quinta ola de la pandemia de COVID-19, protagonizada ahora por la variante delta, ha hecho estallar a los médicos catalanes. Ha sido el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, el que ha puesto sobre la mesa este escenario tras el incremento de contagios experimentado en Cataluña en las últimas semanas. Y, aunque desde Salud se ha admitido que no existe riesgo de que el sistema hospitalario colapse, Argimon también ha reconocido que hacen falta más recursos materiales y personales.
El presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, ha sido uno de los encargados de mostrar el rechazo de este colectivo profesional a aplazar las vacaciones de agosto. En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, Padrós ha asegurado que «una buena respuesta ante la pandemia no puede recaer solo sobre los profesionales sanitarios». Y ha añadido: «Pensar que estos lo asumirán todo, incluso sacrificando su necesario descanso, mientras una parte de la sociedad se va de fiestas y festivales no es aceptable».
Medicina ‘low cost’ y crueldad hacia los sanitarios
No ha sido Padrós el único en mostrar su rechazo a esta posible medida. También lo ha hecho el secretario general del sindicato Metges de Catalunya, el cirujano Xavier Lleonart. En declaraciones a El Punt Avui, Lleonart ha advertido al Govern de que suspender las vacaciones de agosto será «un punto final que hará saltar por los aires todas las costuras». Lleonart ha denunciado la falta de recursos y ha asegurado que en esta comunidad se practica ahora mismo «medicina low cost«, insuficiente para poder afrontar la quinta ola de la pandemia.
El sindicato agrupa al 30% de los médicos que trabajan en Cataluña y su secretario general no tiene dudas de que la quinta ola podría haberse evitado. Hubiera bastado, ha afirmado, con mantener la obligatoriedad del uso de las mascarillas y no permitir la celebración de viajes de estudios, conciertos y festivales. De todo ello ha acusado a «las autoridades», a las que reprocha que ahora pretendan, además, aplazar las vacaciones de los médicos. Quitarles este periodo de descanso, ha lamentado Lleonart, «es lo más cruel que puede hacer una Administración a sus empleados».
Los doctores militares
Ante esta situación, Lleonart ha recordado al Govern que, al igual que pide ayuda a Francia o al Estado para combatir los incendios forestales, también puede hacerlo para atender a los afectados por el COVID-19: «Puede ser valga la pena recordar que el Ejército también tiene doctores».
Así las cosas, los médicos vuelven a estar en el ojo del huracán. Si en las primeras semanas de la pandemia, se convirtieron en los héroes de la sociedad, ahora todo ha cambiado. Se acostumbraron a los aplausos y a los homenajes y, si bien es cierto que tuvieron que hacer un sobreesfuerzo, no lo es menos que sus exigencias de mejoras salariales en aquellos momentos, su alarmismo (que ha llevado al Govern a tomar decisiones drásticas y con consecuencias aún desconocidas como el cierre de los centros de atención primaria) o sus delirantes vídeos en TikTok han llevado a miles de personas a transformarlos en uno de los colectivos más denostados, junto con el de los cuerpos y fuerzas de seguridad.