Que la publicidad institucional es lo que permite a buena parte de los medios cercanos al separatismo mantenerse en funcionamiento es algo que pocos pueden negar. Es el caso de los medios del Grupo Godó, que, en 2018, se embolsaron 4,7 millones de euros de todos los catalanes. Lo mismo puede decirse de digitales como El Nacional, dirigido por el controvertido José Antich y que, en el mismo periodo, recibió más de 400.000 euros en publicidad institucional.
Ha sido la diputada de Cs Anna Grau la que ha llevado al Parlament el escandaloso modo con el que el Govern reparte el dinero público entre los medios afines a la causa del procés. Los últimos datos oficiales son de 2018. Nada se sabe de los dos años siguientes, a pesar de que existe una comisión que se encarga de redactar una memoria anual sobre cómo la Secretaría General de Difusión, que hoy dirige el ex subdirector de Rac1, Jofré Llombart, distribuye el dinero. De ahí que Grau haya exigido, entre otras cosas, que la información llegue directamente al Parlament, sin pasar por esta comisión y en el tiempo adecuado.
La «manguera de subvenciones»
«Es un escándalo«, ha dicho la diputada de Cs, «que, a estas alturas, no tengamos noticias de los informes que tendría que haber hecho esta comisión asesora sobre 2019 y 2020». A su juicio, esta comisión «no sirve para nada» excepto para «hacer de tapadera y blanqueadora«. Y es que en Cs tienen claro que la Generalitat utiliza la publicidad institucional «para promover inventos y chiringuitos» y para «blindar las alianzas mediáticas del régimen«. Entre otros medios, de este reparto se han beneficiado digitales como el The New Barcelona Post, que pasó de Foment de Treball a las manos del actual conseller de Economía, Jaume Giró, quien en 2020 se lo vendió a sus trabajadores. Este digital recibió en 2018, según ha denunciado Grau, 9.000 euros y nada se sabe sobre las cantidades que pudo percibir en 2019 y 2020.
Por estos motivos, Grau ha exigido, al menos, un Pleno monográfico en el que el Govern rinda cuentas sobre este gasto y para explicar cuál es realmente la función de la Secretaría General de Difusión, más allá de la de «ser la manguera de subvenciones» de la Generalitat. «Han convertido el antaño oasis catalán», ha lamentado Anna Grau, «en un gulag en el que los medios privados pueden llegar a depender de las subvenciones públicas más aún que los medios públicos».