Bajo el título Pere Aragonés, el president més jove, TV3 emitió en la noche del lunes lo que aparentaba iba a ser un panegírico del nuevo jefe de la Generalitat. Dirigido por Josep Morell y Jordi Vilar y producido por la cadena pública catalana y Ottokar, el documental ha costado a los ciudadanos la friolera de 80.000 euros. Y todo para que quede claro que Aragonés es, básicamente, el repelente niño Vicente de Pineda de Mar, de ERC y de Cataluña. O, como lo define el periodista de El País Camilo S. Baquero, el «viejoven» de la Generalitat.
El programa sigue la línea habitual de este tipo de productos destinados al público separatista. La música lacrimógena da en la diana de la emoción del espectador independentista, cuya sensiblería suele estar habitualmente a flor de piel. Las imágenes de la infancia del presidente conmueven. Y, como contraste, se recurre a las de su paso por las Juventudes de ERC, cuando lucía el corte de pelo que le identificaba con los que entonces pensábamos que eran los más radicales. Es en ese tiempo cuando Aragonés posa con el famoso cartel con el que se populariza el Espanya ens roba (lema que en Cataluña tiene ya demasiados padres). «Supe en ese momento», rememora el ahora presidente, «que esa foto me perseguiría y ha sido así».
Una redacción infantil sobre la URSS
La infancia de Aragonés, según el documental, ya hacía prever que el hijo, nieto y biznieto de políticos estaba destinado a grandes gestas mientras la banda sonora la protagonizaba la intro de Bola de Drac. A los 9 años hizo una redacción sobre la disolución de la URSS porque, en aquellas Navidades, en su casa no se hablaba de otra cosa. A los 11 fundó con sus amigos las Joventuts Independentistes de Catalunya para organizar excursiones y colgar la estelada donde les dejaran. Con 17 llegó a las JERC, se hizo cargo de las cuentas y, en vistas del caos, echó el cierre a la sede y trasladó a los cachorros a la casa central de ERC.
El documental repasa de forma somera cómo ha logrado Aragonés presidir la Generalitat. Y el espectador acaba llegando a la conclusión de que solo la carambola de la condena de Oriol Junqueras ha podido llevar hasta el principal sillón de Cataluña a un personaje gris, que ni tan siquiera tuvo un papel protagonista en hechos como el asedio a la Conselleria de Economía en septiembre de 2017, a pesar de que trabajaba allí. El documental, eso sí, deja claro que el republicano, en la intimidad, es divertido e irónico. Nada que ver con su imagen pública.
El ‘millennial’ que pasa de las redes sociales
A lo largo del programa se insiste en la idea de que Pere Aragonés es, sobre todo, un presidente millennial. «Digital, feminista y ecologista», afirman los periodistas que intervienen, todos ellos cercanos al separatismo. Añade alguno que el republicano, sin embargo, apenas se prodiga en redes sociales, lo cual ya da al traste con la pretensión de vender a Aragonés como un presidente moderno y conectado con la realidad del mundo separatista (al fin y al cabo, gobierna para ellos y no para todos los catalanes, a la vista de la nula importancia que se da en el documental a esa mitad de ciudadanos que no comulga con las ruedas de molino del procés).
Llama especialmente la atención, por otro lado, la presencia constante de la esposa del presidente, Janina Juli, a lo largo del documental. La primera dama de Cataluña parece dirigir con mano de hierro la vida de su marido y es ella quien se cuelga la medalla de que Aragonés aceptara la propuesta de Junqueras de ser candidato en las elecciones del pasado mes febrero. «Pere, ¿quién te lo ha pedido?», recuerda con afectada emoción Juli que le dijo a Aragonés, en una pregunta que ya encerraba la respuesta que debería dar el ahora presidente.
Juli fue una activa militante de Convergència y sus sucesivas siglas y resulta difícil no preguntarse, tras ver el documental de TV3, si no será realmente ella la que, finalmente, acabe gobernando Cataluña desde el salón de casa y mientras se hace cargo de la hija de ambos, la pequeña Claudia, que también tiene en el programa su pequeña cuota de protagonismo. Quizás sea la influencia de Juli la que lleva a uno de los periodistas que participa en el programa a afirmar que Aragonés cumple casi a la perfección con la esencia de aquello en lo que el expresidente Artur Mas quiso convertir la ya extinta Convergència.
De momento, autonomía
En el documental, finalmente, queda claro que no está en la mente de Pere Aragonés llevar a los catalanes a otro 2017. Es más, el mensaje que se transmite es que no es el momento de la independencia porque no hay una mayoría social suficiente. Aragonés sabe esperar, como lo ha hecho hasta ahora, y, mientras tanto, se propone trabajar como lo hizo cuando saneó las cuentas de las JERC, es decir, dando a la Generalitat el papel de gestor autonómico que realmente le toca para, así, demostrar que ERC, y sobre todo él, tienen algo que ofrecer a los ciudadanos más allá de las perfomances o la testosterona que, considera el presidente, caracteriza a los líderes carismáticos.