Los 34 ex altos cargos separatistas encausados por la promoción presuntamente ilegal del procés en el exterior tendrán que buscarse la vida para depositar ante el Tribunal de Cuentas las millonarias fianzas con las que tendrán que hacer frente a lo que gastaron indebidamente si, finalmente, la Justicia les considera culpables. El Govern ha tirado la toalla en su intento de que fueran los catalanes los que asumieran estas fianzas a través de un fondo creado ex profeso.
Ninguna entidad bancaria se ha querido arriesgar y todas las consultadas por la Generalitat se han echado atrás como posibles avales y a pesar de que el Ejecutivo autonómico tenía previsto depositar en este fondo un mínimo de 10 millones de euros. Dinero que, en una estrategia cuando menos torticera, el Govern presidido por Pere Aragonés y formado por ERC y Junts pensaba obtener del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), es decir de España.
Falta de tiempo y «miedo»
El conseller de Economía, Jaume Giró, ha sido el encargado de dar a conocer este martes la decisión y los motivos de la misma. El proyecto del fondo, además de no tener el respaldo de los bancos, está aún pendiente de un informe del Consell de Garantías Estatutarias, cuyo contenido no se conocerá hasta el día 29. Y a todo esto se suman dos factores a los que Giró ha dado gran importancia: la falta de tiempo para tramitarlo y el «miedo» de las bancos ante «el ruido» político y mediático que provocó el anuncio de la creación de este mecanismo.
Visiblemente molesto, Giró ha defendido el fondo como una entidad que permitirá ayudar a cualquier trabajador público de la Generalitat. Ha insistido en que el decreto de creación del mismo deja muy claro que, en caso de ser condenados, estos cargos públicos tendrán que devolver el dinero «con intereses». Sin embargo, nada de esto ha convencido a los bancos para que lo avalen ahora, que es cuando más lo necesita el separatismo si no quiere que algunos de sus líderes, como Carles Puigdemont, Artur Mas, Oriol Junqueras o Andreu Mas-Collell, se vayan a la ruina.
Giró ha lamentado que «el miedo» esté detrás de la decisión de la entidades bancarias de no avalar el fondo. «El miedo es libre», ha dicho el conseller, «y nace en el corazón de mucha gente. Respeto todas las decisiones pero el mecanismo [del fondo] es técnicamente, jurídicamente y comercialmente impecable«.