Cualquier excusa es buena para el separatista medio cuando de atacar a España se trata. El problema viene cuando son las propias autoridades las que atizan el odio sin el más mínimo escrúpulo y aprovechando cualquier ocasión. Es lo que ha sucedido este fin de semana con la presidenta del Parlament, la posconvergente Laura Borràs, que no ha tenido ningún problema en hacer correr el bulo de que el Gobierno central estaba obstaculizando la extinción del incendio forestal de Llançà. Un bulo que, por otro lado, es habitual que se extienda entre el independentismo cada vez que se produce un incendio forestal en Cataluña.
En un mensaje publicado en Twitter, que aún mantiene en su perfil y por el que no ha pedido disculpas, Borràs aseguraba el sábado que el Govern había pedido ayuda a Francia para poder hacer frente al fuego en esta turística zona catalana. Ayuda que, añadía, no habían podido recibir porque el Gobierno central se había opuesto. De ahí a que las bases procesistas entendieran que España se negaba a ayudar a Cataluña y que Llançà, una de zonas preferidas por los catalanes con posibles para veranear, estaba destinada a consumirse entre las llamas había solo un paso. Basta ver las respuestas a la provocación de Borràs.
Los hechos, sin embargo, desmentían a la presidenta del Parlament y habitual en esto de tirar la piedra contra todo lo español para, al menos en redes sociales, lograr que las bases independentistas más convencidas y radicales se movilicen, aunque sea desde el sofá o la tumbona. Y es que para cuando Borràs decidía atizar el fuego digital contra España, efectivos del Ministerio de Transición Ecológica ya estaban actuando con hidroaviones y helicópteros para extinguir el incendio.
La distensión tras los indultos
Las críticas contra Borràs, como es lógico, no se han hecho esperar. El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, ha tirado de ironía para denunciar la actitud de la presidenta de la Cámara autonómica: «La distensión que prometió Sánchez tras los indultos ya ha llegado».
Más contundente se ha mostrado el exlíder de En Comú-Podem en el Parlament, Joan Coscubiela, quien ha acusado a Borràs de «crear un conflicto inexistente para alimentar un conflicto político«. Algo que, ha recordado, no debería hacer la presidenta de la Cámara catalana.
Así las cosas, con cada incendio forestal que se produce en Cataluña desde el inicio del procés, vuelve, como las llamadas serpientes de verano, la artificiosa indignación separatista que permite a los radicales atacar a España basándose en bulos. De nada han servido las lecciones de incendios tan pavorosos como el de Horta, en el que en 2009 perdieron la vida cinco bomberos y que también se saldó con enfrentamientos políticos entre convergentes y defensores del Tripartito, que entonces gobernaba en la Generalitat.