El tema de las pensiones siempre está sobre la mesa. Es natural. Las pensiones son el elemento esencial del Estado del Bienestar, seguido a larga distancia por la sanidad y la educación. La situación actual es crítica. Sólo tres datos de este año 2021, para saber de lo que estamos hablando:
1.Quitando las pensiones de los funcionarios (Clases Pasivas), el gasto en pensiones de la Seguridad Social (SS) es de 155.000 millones de euros anuales. Es el 26% del gasto público total. Brutal.
2.Eso supone un gasto de 425 millones cada día. Conviene retener esta cifra.
3.El número de personas que reciben pensión son 9,5 millones. No hay ningún otro segmento de población que pueda importarle más a los políticos.
Para hacer frente a este tremendo gasto contamos con las cotizaciones que pagan empresas y trabajadores a la SS. Estas cotizaciones son un impuesto sobre las nóminas, adicionales y muy superiores a las retenciones del IRPF. Son un impuesto fortísimo: de media, sobre la base de cotización, la empresa paga un 33% y el trabajador paga un 6%. La base de cotización es el salario real, con el límite de 48.840 euros anuales. Y así se espera recaudar en este año 2021 unos 125.000 millones. Este es el ingreso número 1 del Estado, el doble de la que se recauda por IVA.
Nuestro sistema de pensiones es de caja pura. Cada mes, todo lo que se recauda por cotizaciones se paga en pensiones. Pero, a la vista de las cifras expuestas, el sistema arroja constantemente un déficit insoportable. Déficit que se cubre con préstamos del Estado. Y esto va a peor, porque se va a jubilar mucha gente de la generación del baby-boom (nacidos entre 1958 y 1977) y todos van a vivir muchísimos años. Y no entran suficientes trabajadores nuevos para alimentar el sistema adecuadamente. Y no hay político que se atreva a dar un disgusto a los pensionistas.
¿Qué se puede hacer para evitar este déficit y poder sostener el sistema de pensiones? Ardua cuestión. Gobierno y agentes sociales dedican largas jornadas a tratar de resolver esto.
El acuerdo de 1 de julio
Este 1 de julio, el Gobierno, los Sindicatos (CCOO y UGT) y los empresarios (CEOE y CEPYME) han firmado la Primera Fase del Acuerdo sobre las Pensiones. Alborozo general, algo sobreactuado. Realmente, esta Fase ha sido sencilla y el acuerdo consiste en lo siguiente:
1.Las pensiones se revalorizarán conforme al IPC. En enero de cada año, las pensiones subirán un porcentaje igual al del IPC interanual del mes de noviembre anterior. En caso de IPC negativo, las pensiones se mantendrán (me temo que se han pasado los tiempos de IPC negativo).
NUESTRA OPINION: Esto vale para tener contentos a los pensionistas, sin medir el impacto económico. Está en línea con la filosofía populista del Gobierno de la que es buena prueba que en 2020 subieron los pensiones un 0,9% cuando el IPC fue de un -0,5%. Bruselas pondrá mala cara. Este año 2021 podemos tener un IPC del 3% (el interanual a 30 de junio es el 2,6%). Serán 4.000 o 5.000 millones más. Estas subidas hay que matizarlas.
2.Se sacarán del Presupuesto de la SS y se pasarán al Presupuesto del Estado toda una serie de gastos impropios de la SS. Como aún seguirá habiendo déficit, se cubrirá con aportaciones puras y simples del Estado. Y el Estado conseguirá todo eso a base de mayores impuestos. Por eso dicen algunos: “las pensiones no son altas, son los impuestos los bajos”. En total, para dejar equilibrada la SS, el Estado aumentará su recaudación de impuestos en unos 30.000 millones anuales. Como si hubiera una varita mágica para eso.
NUESTRA OPINION: Esto roza nuevamente el populismo. La SS y el Estado son la misma unidad económica y pensar que la SS se arregla pasándole el muerto al Estado es una solemne tontería. Y no es nada fácil aumentar la recaudación fiscal en 30.000 millones anuales más. Y hay otras muchas partidas de gasto. Y un déficit que hay que reducir a toda costa. Además, gran parte de la reforma fiscal saldrá de un aumento de los impuestos indirectos que, obviamente, pagarán los pensionistas.
3.Se incentivará la prolongación de la vida laboral y se penalizarán las jubilaciones anticipadas (que son demasiado numerosas).
NUESTRA OPINION: Esta es una medida correcta.
La segunda fase del acuerdo sobre pensiones
El Acuerdo de 1 de julio no arregla los problemas de fondo. Y se dejan para más adelante algunos melones que por ahora no se atreven a abrir. El primer melón es el de la cotización de los autónomos por rendimientos netos. Arduo tema, aunque algo habrá que hacer con esto. El segundo es el de aumentar la base máxima de cotización por encima de los 48.840 euros actuales, para que coticen más los trabajadores con sueldos más altos. Esta es una tentación permanente del Gobierno, pero constituye un error de principio. Las cotizaciones sociales son ya un coste insoportable para muchas empresas y aumentar bases o tipos, todavía más, perjudica la creación de empleo. El tercer melón lo apuntó Escrivá cuando dijo que se plantearía a los que se jubilasen la opción de trabajar algo más o cobrar algo menos (enseguida recogió velas). Y está también el melón de ampliar el período de cálculo de la base reguladora de la pensión.
La tercera fase
Como todo esto siguen siendo parches, se deja para una tercera fase otra vuelta de tuerca para la reforma de las pensiones, que se supone más profunda. Llaman a esto Mecanismo de Equidad Inter-generacional. No se sabe bien en qué consiste, aunque literalmente apunta a una reducción de la pensión de los más viejos para mejorar la pensión de los más jóvenes. Muy fuerte. Tanto como el Factor de sostenibilidad de Rajoy.
Conclusiones
1.Bruselas está reclamando a España una Reforma de las pensiones. Y una Reforma laboral. Y una Reforma Fiscal. El desembolso de los 70.000 millones de subvenciones de los Fondos Europeos se va a vincular con el desarrollo de estas reformas. No está nada claro que el Gobierno esté en línea con lo que quiere Bruselas en el tema de la Reforma de las pensiones. Tampoco les veo alineados en la Reforma laboral, pero éste es otro tema.
Respecto a la Reforma de las pensiones, nos tememos que Bruselas quiere medidas reductoras del gasto. Hoy por hoy, este débil Gobierno de coalición, con sus volátiles apoyos independentistas, no está en condiciones de tomar esas medidas. Y quiere ganar tiempo.
2.Lo que hay que hacer con las pensiones a corto plazo es tan fuerte que haría falta un acuerdo PSOE + PP para implementarlo. Y aún así, habría mucha contestación social. Como nadie está dispuesto para ese acuerdo, no queda otra que seguir mareando la perdiz. Y a ver qué terminan diciendo en Bruselas. Que sean ellos los que se mojen.
3.Lo verdaderamente necesario, para sostener las pensiones, a medio y largo plazo, es que se creen en el país en los próximos años tres millones de empleos nuevos. Y para eso es imprescindible ese acuerdo PSOE + PP, creando un clima en el que empresarios e inversores tengan estabilidad y seguridad, con una Reforma laboral que favorezca la creación de empleo y con una Reforma fiscal que no la perjudique.
Hace muy bien la gente en reclamar pensiones dignas, pero tienen que pensar bien a quién votan y examinar qué partidos sirven para alentar a empresarios e inversores a crear empleo. Sólo con mucho más empleo tendremos pensiones dignas.