En plena celebración del Orgullo Gay, el cura Jesús Silva, con casi 19.000 seguidores en Twitter, ha echado mano de la provocación para leer la cartilla a los homosexuales que quieren seguir las enseñanzas de Jesús y, sobre todo, a esa parte de la Iglesia que hoy les apoya.
«Las personas con esta atracción o identidad», dice Silva, «deben tratar de vivir en coherencia con la moral evangélica para acceder a los sacramentos». En este objetivo, asegura, la Iglesia debe ayudarles «a vivir la castidad como cualquier cristiano y a amar con el mismo amor de Cristo a todos».
El sacerdote admite que las tendencias sexuales «no se deben juzgar bajo ningún concepto» y no hay en ellas «nada culpable o pecaminoso, aunque no siga el orden natural«. Sin embargo, y en una interpretación muy rígida del Evangelio, Silva considera que «los actos sexuales fuera del orden matrimonial son desordenados» y, sobre todo, los homosexuales. Estos últimos, afirma, «están cerrados al don de la vida, no proceden de una complementariedad y, por tanto, no pueden obtener justificación moral».
Silva critica a los curas que «apoyan la llamada cultura LGBTQ+» porque la presentan «con una luz distinta a la evangélica y a la eclesial». «Debemos amar a todos, hagan lo que hagan», añaden citando a Jesucristo, «pero no callarnos ante su estilo de vida si es anti evangélico». Acusa a sus compañeros de justificar «actos moralmente malos en atención a las tendencias y los afectos». Y afirma que, cuando estos sacerdotes se sitúan al lado de los homosexuales, les mienten y les «cierran las puertas de la misericordia de Dios».
«Defender los actos homosexuales como expresión natural de amor es una confusión total«, abunda. Y se reafirma en la idea de que los homosexuales deben ser castos y, en el caso de ser sacerdotes, célibes. «Si acompañas a una persona con esta tendencia o identidad», recomienda a otros sacerdotes, «ámala, comprende su debilidad y la dificultad que experimenta para vivir en medio de este mundo con esa condición, pero no le mientas. No le digas que Dios quiere que siga esa tendencia o que todo lo que haga es bueno».