Tras los indultos otorgados a los políticos separatistas que perpetraron el golpe institucional en 2017, la prioridad que persigue el secesionismo es celebrar un referéndum de separación del resto de España acordado con el Ejecutivo. Preguntado por esta posibilidad en una entrevista en la Cadena Ser —la primera tras la concesión de la medida de gracia—, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha descartado tal posibilidad.
Pese a ello, el líder del Ejecutivo ha señalado que en la «ley cabría un acuerdo» y que la «Constitución española no es un dogma», si bien estableciendo como límite el respeto a la «legalidad democrática». Por otra parte, ha alertado de que a la ciudadanía catalana no se le puede obligar a elegir si es catalana o española» y «que concibe a España con Cataluña dentro». En cualquier caso, para Sánchez el marco para alcanzar un entendimiento con el separatismo es grande, tanto en la legislación como en el propio texto constitucional, por lo que ha apostado por sentarse a la mesa abordando todos aquellos aspectos en los que sea posible el acuerdo.
Recuerda los gestos con el nacionalismo
Asimismo, Sánchez ha explicado que la naturaleza de la agenda es de «reencuentro», pues el Ejecutivo ya ha ido satisfaciendo algunas de las exigencias del nacionalismo, como ya se lo hizo saber en su momento al expresidente de la Generalitat, Quim Torra. Entre estos gestos, ha mencionado la inversión en infraestructuras, el reconocimiento de Barcelona como capital de la cultura o la recuperación de la memoria histórica.
Finalmente, en cuanto a la presencia del exvicepresidente de la Generalitat y recién indultado Oriol Junqueras en la mesa de negociación, Sánchez ha recordado que se tratará de un encuentro entre el Gobierno y la Generalitat, por lo que Junqueras no puede forma parte de ella ya que se encuentra inhabilitado durante dos años.