Algo está cambiando en la Cataluña presidida por el republicano Pere Aragonés y así se ha podido constatar este domingo durante el acto inaugural del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona. El presidente autonómico no ha participado en el saludo protocolario a Felipe VI, invitado estrella de la noche. Sin embargo, sí se ha acercado al monarca una vez que los periodistas han abandonado la zona y solo quedaba el fotógrafo de la Casa Real, que ha inmortalizado el saludo entre ambos. Aragonés tampoco ha mostrado ningún rechazo a sentarse a cenar con Felipe VI, en una mesa en la que, entre otros comensales, también se encontraban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Borràs rechaza participar en el evento del MWC
Con su gesto, Aragonés ha evidenciado que, al menos por parte de ERC, existe una clara disposición al diálogo con el Estado, que choca frontalmente con la actitud de Junts. Basta como ejemplo la renuncia de la presidenta del Parlament, la posconvergente Laura Borràs, a asistir al acto. Una renuncia de la que ha dejado constancia en un escrito filtrado en redes sociales y en el que Borràs informa a los organizadores de que declina la invitación porque «no es conveniente asistir a un acto social presidido por el jefe del estado [sic] español». Un Estado, ha añadido Borràs en la misiva dirigida al director general de GSMA, Mats Granryd, «que mantiene unos altos niveles de represión contra representantes políticos y ciudadanos de Cataluña».
Enfado ‘posconvergente’
El gesto de Aragonés no ha pasado desapercibido para los posconvergentes que, en redes como Twitter, han arremetido contra el presidente de todas las maneras posibles. Lo mismo ha sucedido con Felipe VI, que también ha recibido duras críticas por aceptar sin rechistar el feo gesto del republicano de no participar en el saludo protocolario.