Este fin de semana he leído el conjunto de entrevistas realizadas por Vicenç Villatoro a Jordi Pujol recopiladas bajo el título: «Entre el dolor i l’esperança».
El libro tiene interés, incluso mucho interés, a pesar de que contiene abundantes reiteraciones producto de reproducir diversas entrevistas, a largo de varios años, en las que las ideas de fondo se repiten. La obra puede interpretarse, sobre todo cuando se habla del denominado ‘caso Pujol’ pero también en el resto de cuestiones tratadas, como un ejercicio de auto exculpación y reivindicación de su obra. Como un legado de parte para la historia. Con todo, recomiendo su lectura. Trataré de resumir y comentar su contenido en una serie de tres artículos.
El libro tiene interés, incluso mucho interés, a pesar de que contiene abundantes reiteraciones producto de reproducir diversas entrevistas, a largo de varios años, en las que las ideas de fondo se repiten.
De entrada, es muy significativo el escaso eco de la obra. Es lógico. Pujol molesta a ERC, que copia su estrategia, pero no quieren que se les identifique con la corrupción ni con el ‘peix al cove‘. También a sus herederos teóricos, Puigdemont y los suyos, porque cuestiona su política y reivindica el diálogo.
Es muy significativo el escaso eco de la obra. Es lógico. Pujol molesta a ERC, que copia su estrategia, pero no quieren que se les identifique con la corrupción ni con el ‘peix al cove’.
A los no independentistas, porque siempre han considerado a Pujol el padre de la criatura, y cuestionan la veracidad de sus palabras por considerar que encubren que nunca fue leal. A todos, porque su pensamiento no cuadra con ninguna de las posiciones políticas dominantes y las incomoda a todas.
Con todo, creo que su testimonio no pierde interés y es útil a la hora de replantearse el futuro de Cataluña si es que todavía quedan partidarios de una solución negociada al margen de la independencia en el bando nacionalista y de partidarios de una España plural pero leal, de una España federal en el bando no independentista. Solución que ha de contemplar los intereses de todos los catalanes, incluidos los no nacionalistas y, que todo hay que decirlo, son totalmente ignorados en el discurso pujolista y, en muchos casos, en el de los partidos estatales. Para ello, la cuestión clave es qué se entiende por identidad y cultura catalanas, también por identidad española. De ello tratará la segunda entrega de este serie de artículos.
Crítico con el ‘Estado Mayor’ del procès ‘
Pujol no aborda cuestiones políticas concretas. Declara reiteradamente que no es su función. Que está fuera de la política. Pero sus metáforas son significativas. Aunque, como veremos más adelante, hace recaer la culpabilidad del ‘procès’ en el cambio de actitud de los gobiernos españoles iniciada por Aznar en su segunda legislatura con mayoría absoluta, y culmina con la sentencia del Estatut, su crítica a como el independentismo ha gestionado la situación no admite dudas. Valga este párrafo como muestra:
«On durant anys hi havia hagut acció política col.lectiva, políticament i institucionalment restauradora de Catalunya i de progrés econòmic i social i de reforç de la convivència- i també de contribució al desenvolupament democràtic d’Espanya- ara hi ha desconcert i desordre. Ara Catalunya es una casa desendreçada. I en perill de ser hipotecada en condicions dolentas. Com un exèrcit que ha guanyat terreny i posicions, però que el mateix progrés no prou ben controlat, li ha produit una situació de dislocament i de possible afebliment. Que reclama per tant una reorganització. O una revisió del objectius….. el que cal és endreçar la casa».
Aunque no cita a ningún político en activo es evidente que su posicionamiento lo acerca mucho más a ERC que a Junts. Reclama una tregua que, curiosamente, es el gobierno español quién parece más decidido a impulsar.
Reclama una tregua que, curiosamente, es el gobierno español quién más decidido está a impulsar.
Reivindica la solución de Flandes o Quebec , e incluso del País Vasco, antes que la independencia.
A lo largo de las entrevistas Pujol se cuida mucho de mostrarse como independentista. Se declara como nacionalista pero considera que la independencia no es la única forma de preservar la identidad de Cataluña, su poder político, su lengua y cultura, objetivo nuclear de su visión política. Subyace en el fondo el temor que , forzando la maquina, el movimiento nacionalista acabe derrotado y los «catalanes fagocitados».
Pujol se cuida mucho de mostrarse como independentista. Se declara como nacionalista pero considera que la independencia no es la única forma de preservar la identidad de Cataluña
Por ello, considera que soluciones como la de Flandes, Quebec o, incluso, el País Vasco, pueden dar garantías suficientes de preservar la identidad. De ahí su constante reivindicación de volver al diálogo. Su visión de Cataluña se incardina con España y Europa en una mezcla de convicción y de realismo. A la pregunta de si nunca se ha proclamado independentista dice:
«Ja l´hi he dit. La meva primera fidelitat ha estat i és Catalunya, però sempre l’he volgut exercir en dos marcs més amplis. Un d’ells es Espanya; l’altre , Europa». Y en otro momento a la pregunta de si el pujolismo era independentismo pero lo disimulaba dice: «No. Ja li he dit que jo, president de Catalunta y de CDC , era contrari a l’estelada».
Elogio de la Transición, la Constitución y de la Monarquía
Pujol realiza una entusiasta defensa de la Transición cuestionada reiteradamente por el independentismo.
«L’estructura básica del sistema politic nascut de la Transició ha estat útil. I en bona part encata ho és «. dice Pujol . Tras analizar la Constitución como logro de la Transición señala » Tot i així, la Transició mereix un judici positiu, si més no tal com es va aplicar -a Catalunya i a la resta del Estat- durant ben bé vint-i-cinc anys».
Suarez, Carrillo y Felipe González son los tres políticos que más valora de la Transición (fui al entierro de los primeros, señala, y no iré al del tercero porqué moriré antes).
Respecto a la Monarquía afirma: » Jo no havia estat mai monàrquic. Ni de fet en soc ara……… Però si que crec que la monarquia va ajudar d’una manera important a superar la dictadura».
«El discurs del Rei del 3 d’octubre va ser desgraciat. Pel contingut i pel to. Però el mal venia d’abans , i no del Rei……… cal dir també que es va produir -el discurs- en un moment de molt alta tensió, en que l’Estat es sentia profundament ferit. L’estat, el govern i el Rei».
Defensa de CDC y críticas a sus herederos políticos por no hacerlo
Pujol reivindica a lo largo de las entrevistas su obra de gobierno, la transformación positiva que, según él, ha tenido Cataluña desde 1980. Y al hacerlo defiende sin fisuras el papel de CDC.
Considera que nunca debió cambiarse el nombre. Que fue un signo de debilidad y acomplejamiento. Reivindica la centralidad política y aunque declara que dejó la militancia en CDC en 2014 y no quiere entrometerse en las decisiones tomadas, dice:
«Si que crec que la manera com s’ha tractat la crisi que es produeix arran del mes de juliol de 2014,-fecha de su confesión- en aquest àmbit social i polític que CDC havia representat amb molta eficàcia , podria haver estat al meu entendre més serena. I salvar més mobles, bastants més». Y respecto al cambio de nombre dice » Li he de dir que jo, personalment, valoro d’ una manera molt negativa el canvi de nom, que és fruit, al meu entendre, d’un esverament precipitat». y para terminar » Però l’actiu es tan gran i el paper de CDC ha estat tan important, que si el partit no s’hagués acomplexat ho hauria pogut superar, si més no en bona part».
( CONTINUARÁ)