Muchas voces del mundo empresarial catalán están requiriendo de la Generalitat una reducción de los impuestos en Cataluña. Consideran que esa reducción es un paso necesario para la recuperación económica catalana. Pero el President se ha mostrado contrario a la rebaja de impuestos y ha dicho que Cataluña no puede convertirse en un paraíso fiscal.
En esta tesitura se nos ocurren varias reflexiones:
1.Entre todas las Comunidades Autónomas, Cataluña es, con diferencia, la que impone a sus ciudadanos una mayor presión fiscal. Esto es patente:
a)En el tramo autonómico del IRPF. Cataluña ha establecido unos tipos de gravamen sobre las rentas modestas que son los más altos de todas las CCAA. Sin paliativos.
b)En los Impuesto estatales cedidos: Transmisiones, Patrimonio y Sucesiones. La Generalitat ha utilizado su competencia normativa en estos impuestos para establecer una fiscalidad que se sitúa en los niveles más altos de todas las CCAA. No hace falta comparar con Madrid. En esos tres impuestos, se paga mucho más en Cataluña que en la mayoría de las CCAA.
c)En los Impuestos autonómicos propios: Cataluña ostenta el triste liderazgo de ser la Comunidad con más impuestos propios: nada menos que 18. Muchos de estos impuestos propios no existen en ninguna otra Comunidad.
A la vista de este panorama, es correcto afirmar que Cataluña constituye hoy lo más parecido a un infierno fiscal.
2.En una situación como la que atraviesa hoy la economía, no resulta recomendable incrementar la presión fiscal. Muchas empresas y autónomos están en la UCI. Es necesario que se recuperen, de forma sostenida, para empezar a hablar de aumentar los impuestos. Al menos hasta 2023. En esto hay acuerdo general.
3.En cambio, a la vista de esa misma situación, puede resultar recomendable disminuir la presión fiscal. Dicha reducción resulta equiparable a las ayudas directas que se están dando a las empresas. Y la han puesto en práctica algunos países europeos de nuestro entorno. Y esto es más necesario aún si partimos de una situación de sobre-imposición como la que existe actualmente en Cataluña.
4.Por todo ello, creemos que la Generalitat debería afrontar de inmediato una reducción de los impuestos sobre los que tiene competencia. No se trata de convertir Cataluña en un paraíso fiscal. Ni mucho menos. Se trata de convertir Cataluña en un espacio fiscal más normal, que no ahuyente la inversión y la creación de empleo. Y que deje más renta disponible en manos de los ciudadanos. Adicionalmente, es imprescindible que la Generalitat cree un clima de empatía con empresarios e inversores. Eso exige un cambio profundo en la forma de actuar del Govern. La Generalitat debería pensar además en disminuir muchos gastos improductivos. De no actuar en esa dirección, persistirá la decadencia y Cataluña se irá quedando cada vez más atrás.
IMPUESTOS QUE LA GENERALITAT DEBE REDUCIR DESDE YA
No vamos a hablar hoy de la elevadísima tributación que soportan los catalanes en los impuestos sobre Transmisiones, Patrimonio y Sucesiones. Y en el IBI. Vamos a hablar sólo de cuatro impuestos, que, por su influencia directa en la recuperación económica, deben ser rebajados, o suprimidos, de inmediato.
LA ESCALA AUTONOMICA CATALANA DEL IRPF
Este es el primer impuesto a reducir. Es increíble, pero cierto: Cataluña es la Comunidad que peor trata a las rentas más modestas.
Pensemos en una base liquidable general de 20.000 euros anuales, correspondiente más o menos a unos ingresos brutos de 24.000 euros. Mucha gente está en torno a esa cantidad
La escala estatal grava esta renta al 9,5% sobre los primeros 12.450 euros y al 12% los euros restantes hasta 20.000 euros. Resulta así una cuota íntegra estatal de 2.089 euros.
Las escalas autonómicas, por regla general, son ligeramente superiores a la estatal. Algunas, como la de Madrid, son inferiores.
Pero ¿qué ocurre en Cataluña? Increíblemente, la escala autonómica catalana grava esta renta al 12% sobre los primeros 17.707 euros, y al 14% sobre los euros restantes hasta los 20.000 euros del ejemplo. Resulta así una cuota íntegra autonómica de 2.446 euros. Son 357 euros de más.
Esta sobre-imposición de 357 euros per capita sobre estas rentas modestas no tiene justificación. La primera medida fiscal a tomar por la Generalitat debe ser la reducción de la escala autonómica para acercarla lo más posible a la del Estado. Para ser justos y para aumentar la renta disponible.
IMPUESTO SOBRE LAS EMISIONES DE CO2 DE LOS COCHES
Este impuesto, que sólo existe en Cataluña, comenzará a exigirse en octubre de este año 2021.
Afecta a todos los residentes en Cataluña que sean propietarios de un coche, furgoneta o motocicleta. La cuota a pagar anualmente depende de los gramos de CO2 emitidos por kilómetro.
La Generalitat calcula que en este año 2021 deberán pagar el impuesto 2,3 millones de vehículos y que se recaudarán 67,4 millones de euros. Una cuota media de 29,30 euros por vehículo y año. Hay unos cálculos anteriores que reportan 3,5 millones de coches, 155 millones de recaudación y una cuota media de 44 euros por coche.
Es obvio que este impuesto castiga más a las rentas más modestas. Por otro lado, la fiscalidad soportada por el automóvil y por la gasolina o el gasóleo ya es excesiva. No hay ninguna razón para penalizar más a los catalanes por este tema. Lo correcto es suprimir este Impuesto autonómico.
IMPUESTO SOBRE LAS INSTALACIONES QUE INCIDEN EN EL MEDIO AMBIENTE
Este impuesto autonómico de Cataluña grava a la compañías eléctricas, telefónicas y de telecomunicación. Por producir, almacenar o transformar electricidad en Cataluña se paga una cuota por cada kWh. Por transportar electricidad, telefonía o datos se paga una cuota por cada kilómetro de línea y por cada poste o antena.
Sólo en Extremadura existe un impuesto comparable a éste. La recaudación prevista es 145 millones. Este es un impuesto fuerte que afecta a la unidad de mercado e incide en un sector delicado, y más en un contexto como el actual, de encarecimiento extraordinario del precio de la energía. Es obvio que este impuesto se repercutirá a los consumidores.
Anotemos que el Gobierno central está pensando en reducir el tipo de IVA aplicable a la factura de la electricidad. Así, se entiende todavía menos un impuesto como éste. Es un firme candidato a su supresión.
TASA HOTELERA
Aunque parezca mentira, en Cataluña existe un impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos. El impuesto grava con una cuota diaria la estancia en hoteles, viviendas turísticas, campings y cruceros. Sólo Baleares tiene algo parecido. Es un escarnio que este impuesto se esté aplicando cuando más de la mitad de los hoteles están cerrados. ¿Así contribuye la Generalitat a la recuperación del sector más castigado por la pandemia? Incomprensible.
Y lo que es peor: el 1 de octubre de este año 2021 entra en vigor una tarifa incrementada en un 50%. En Barcelona se pagarán 3,50 euros diarios por cada estancia en un hotel de 5 estrellas; 1,70 euros en un 4 estrellas; 2,25 euros en una vivienda turística; 1 euro en el resto.
Y, por si fuera poco, el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado un recargo municipal sobre esta tasa. Empiezan con 0,75 euros en este año 2021, subirán un euro en 2022, otro euro en 2023 y 1,25 euros en 2024. Llegando así a 4 euros. Sensacional. Es el mundo al revés.
Este impuesto es también firme candidato a la supresión.