Malas noticias para nuestros bolsillos. En Cataluña, el IPC interanual se sitúa en 2,6%, seis décimas por encima del índice registrado el mes pasado (2%). El IPC se ha disparado a raíz del encarecimiento del transporte (10,1% más), por culpa de los carburantes que sí se abarataron el año pasado. La vivienda es otro de los bienes básicos más caros (8,7% más) debido a la subida de precios del gasóleo para calefacción. Por el contrario, las comunicaciones figuran entre los productos con los precios más bajos, un 4,5% menos.
El IPC estatal también se dispara
El IPC catalán apenas registra una décima por debajo del estatal que ya alcanza un incremento interanual del 2,7%. Es decir, cinco décimas por encima del mes anterior (2,2%). En cuanto a la evolución de los precios, se observa una dinámica similar a la acaecida en Cataluña. La vivienda es el producto más caro (10,4% más), seguida del transporte (9,4% más). En el polo contrario, los servicios de hostelería y restauración registran una caída de los precios del 0,6%.
En Cataluña, el IPC interanual se sitúa en 2,6%, seis décimas por encima del índice del mes pasado. Los bienes más caros: transporte y vivienda. Los más baratos: comunicaciones
Sobre estas cifras, fuentes de CCOO han asegurado: «La crisis sanitaria y su impacto sobre el tejido socioeconómico ha afectado especialmente a los hogares con rentas bajas, aumentando su número y empeorando su situación. El incremento de precios en bienes básicos, como los alimentos o la electricidad reduce la renta disponible de estos hogares». «Además, si añadimos -continúan- el aumento del precio de los carburantes, dificulta también la capacidad de recuperación de las pymes, aquellas que generan más empleo y han resultado más afectadas por la crisis».
Demanda «débil» y efecto ahorro
La inflación subyacente, que no tiene en cuenta ni los productos no elaborados ni los carburantes, se sitúa en el 0,2%. Ello supone dos décimas por encima del mes anterior (0,0%). Por lo tanto, durante el mes de mayo, se ha registrado el diferencial más elevado entre el índice general y la subyacente (esta última refleja mejor el estado general de la economía) desde agosto del año 1986.
«La baja inflación subyacente traslada un impulso debilitado de la demanda interna en la que incide el efecto ahorro y la precaución de los hogares. También denota la participación limitada de los salarios y la poca inversión pública y privada a lo largo del período de crecimiento posterior a la crisis anterior y que lastra la recuperación«, valoran fuentes de CCOO.
A fin de paliar este aumento de la desigualdad y debilitamiento de la renta en hogares vulnerables, el sindicato pide: «Políticas de protección social efectivas y un giro copernicano en la gestión y el encaje entre la Renta Garantizada de Ciudadanía y el Ingreso Mínimo Vital, que deberían complementarse». Además, al Govern le exigen que no aplace más la negociación de los presupuestos: «Esto impide un debate abierto e integrador, así como la definición de los recursos que deben permitir estas políticas».