Estos días, se han podido leer y escuchar multitud de discursos de actores constitucionalistas en contra de la concesión de indultos a los presos separatistas que se levantaron contra la democracia constitucional española en el otoño de 2017. Sin ir más lejos, la semana pasada obtuvo una notable difusión un debate organizado por Sociedad Civil Catalana en el que aportaron artillería discursiva figuras constitucionalistas tan conocidas como Félix Ovejero o Cayetana Álvarez de Toledo. Sin embargo, las palabras contra la medida de gracia que están encontrando mayor eco en las redes son las que pronunció ayer la popular Paula Añó, en un acto celebrado por más de 20 entidades constitucionalistas frente a la Delegación del Gobierno en Barcelona.
«La mesa de diálogo no significará nada más que el próximo paso atrás de los constitucionalistas», señaló Añó en su alocución, acompañada de miembros de distintas entidades constitucionalistas que portaban cárteles en los que se podía leer «lealtad». «La próxima cesión», prosiguió, «el seguir hincando la rodilla, solo servirá para que el presidente del Gobierno siga perpetuándose en el poder y para que el Govern de la Generalitat siga sometiendo los derechos y las libertades de los catalanes que no somos constitucionalistas».
Acto seguido, Añó se dirigió a al resto de españoles, «a nuestros compatriotas», para explicarles que no estábamos frente a un «problema de Cataluña» sino de «toda España». Y aclaró: «Esto es querer poner una frontera donde no la había, querer trocear la soberanía nacional y que los derechos constitucionales no operen ni rijan en Cataluña». Para finalizar, lanzó esta petición: «Ruego que todos los españoles sean conscientes del problema que estamos sufriendo aquí, que se unan a nosotros, griten con nosotros, y que salgan a defender la nación; la nación cívica, la nación constitucional y la nación que nos dimos en 1978».
Parabienes constitucionalistas
La disertación de Añó ha circulado con profusión en las redes, cosechando la admiración de la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, que la calificó de «magnífica»; de la columnista de El Español Rebeca Argudo, que afirmó «adorar» a su protagonista; o del analista político Javier de Erausquin, que definió a la oradora como una «mujer valiente» y una «voz libre».