El protocolo de Recuperación Mejorada tras la Cirugía, ERAS en sus siglas inglesas, incluye toda una serie de estrategias y medidas innovadoras, avaladas por la evidencia clínica y que se aplican desde el preoperatorio hasta el postoperatorio. Su objetivo es reducir tanto el estrés del paciente, como las complicaciones que pueden surgir durante el ingreso y favorecer su recuperación funcional. También, como consecuencia, el tiempo de ingreso en el centro.
El programa, que nació en los años 90 en el norte de Europa, comenzó a aplicarse en 2018 en el Servicio de Cirugía Colorrectal. Desde entonces está en continua expansión en el centro. Otros cuatro servicios más ya han incorporado plenamente el protocolo ERAS a sus intervenciones quirúrgicas: Cirugía Plástica, Urología, Cirugía Torácica y la implantación de prótesis de rodilla y cadera que lleva a cabo el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Esto ha propiciado que unos 1.500 pacientes hayan sido dados de alta en el Hospital de Bellvitge con la aplicación del protocolo ERAS. Hasta 6 procesos quirúrgicos más están en proceso para lograr la implantación completa del ERAS en los próximos meses: cirugía pancreática; angiología y cirugía vascular; cirugía cardíaca; de raquis; maxilofacial y cirugía de cabeza y cuello.
Fruto de la mejora global del proceso operatorio, se reduce la estancia media de los pacientes de forma significativa, pero sin un aumento de las visitas a Urgencias ni los reingresos posteriores, un factor clave, tal y como subraya José Jerez, enfermero de práctica avanzada y coordinador del protocolo ERAS en el Hospital de Bellvitge. Con niveles de satisfacción muy elevados, los pacientes de urología han reducido un 64% los días de ingreso postoperatorio; los de cirugía colorrectal un 50%; los de prótesis de cadera un 42% y los de cirugía plástica un 24%.
El protocolo ERAS inicia un mes antes de la fecha prevista para la intervención con el programa de prehabilitación, que tiene como objetivo conseguir el mejor estado funcional del paciente desde un punto de vista físico, cognitivo y nutricional.
Mediante una primera consulta, las enfermeras coordinadoras llevan a cabo un cribado de los pacientes para detectar cualquier riesgo en los tres ámbitos mencionados. Si todo es normal, el paciente recibe de manera verbal y con material impreso y audiovisual las pautas a seguir para llegar en el mejor estado posible al día de la intervención. Se pone en marcha entonces un sistema de control continuo, ya que el paciente tiene desde el primer día el teléfono directo de su enfermera.
Se pone en marcha entonces un sistema de control continuo, ya que el paciente tiene desde el primer día el teléfono directo de su enfermera.
El desarrollo de los protocolos ERAS continúa durante la intervención y el postoperatorio con una serie de medidas avaladas clínicamente y en algunos casos muy innovadoras. Por ejemplo,rompiendo las horas de ayuno previas a la operación con alguna bebida con azúcar o conseguir que el paciente salga de la cama y comience la ingesta de líquidos o alimentos el mismo día de la intervención.
«El paciente ingresa optimizado y con unos ‘deberes’ que sabe que tendrá que hacer durante todo el proceso. De esta forma tenemos un paciente más independiente y más satisfecho porque se recupera mucho mejor», explica José Jerez. Además, añade que el programa ha tomado aún más relevancia con la pandemia. «Al reducir las complicaciones postquirúgicas se favorece la recuperación del paciente y se reduce su estancia en el hospital «.
«Al reducir las complicaciones postquirúgicas se favorece la recuperación del paciente y se reduce su estancia en el hospital «.
La aplicación de los protocolos ERAS en el Hospital de Bellvitge es fruto del trabajo multidisciplinar de cirujanos de diferentes especialidades. Tanto profesionales de enfermería, de anestesiología, endocrinología, nutrición y dietética como de fisioterapia y farmacia.