A partir de hoy, Cataluña recupera las “festes majors”, las verbenas y otras fiestas populares, tras la reunión del pasado viernes del PROCICAT. Ello dará un respiro al sector de las ferias de atracciones que lleva un año y medio sin trabajar. Y es que el verano es una buena época para los feriantes: la mayoría de los ayuntamientos catalanes organizan sus “festes majors” en esta época.
El pasado 10 de mayo, la Generalitat daba el visto bueno a la reapertura de ferias de atracciones, con limitaciones de aforo y siguiendo las medidas establecidas en su Plan Sectorial. Un Plan Sectorial aprobado por el PROCICAT en octubre, aunque parece que no ha sido suficiente para que el sector retomara la actividad hasta ahora. “Nos hemos cansado de repetir, una y mil veces, que las ferias de atracciones son seguras. Fuimos de los primeros sectores en cerrar y de los últimos en abrir”, se queja Marcos Orús, presidente del Gremi Industrial de Firaires de Barcelona.
5.000 familias perjudicadas
Las restricciones han afectado a 5.000 familias catalanas que viven desde siempre de las ferias, con cuatro o cinco generaciones al frente del negocio. Algunos feriantes se dan de alta como autónomos en enero y trabajan todo el año; otros solo lo hacen durante los meses de temporada alta (de abril a octubre). Cuando se decretó el primer estado de alarma, los que estaban de baja no pudieron cobrar la prestación de más de 600 euros del Gobierno.
«Nos hemos cansado de repetir, una y mil veces, que las ferias de atracciones son seguras. Fuimos de los primeros sectores en cerrar y de los últimos en abrir«
Marcos Orús, presidente del Gremi Industrial de Firaires de Barcelona.
A pesar de ser atracciones itinerantes, los feriantes se han visto obligados a invertir entre 5.000 o 6.000 euros de media, para adaptarse al Plan Sectorial. Esa inversión daba respuesta a una serie de medidas: comprar dispensadores, instalar elementos de señalización, perimetrar el recinto para controlar el aforo, desinfectar e higienizar las atracciones entre viajes y uso obligatorio de mascarilla en toda la zona.
La feria de Mataró, la gran «esperanza» del sector
Desde que se aprobó el Plan Sectorial, los feriantes solo han podido organizar una feria, en Molins de Rei, el pasado mes de noviembre. «Ahora, hemos conseguido que nos equiparen a los parques de atracciones fijos, tipo Tibidabo o Port Aventura. Nos denominan ‘atracciones no permanentes desmontables’. Se ha hecho alguna feria pequeña en Hospitalet, Berga o Lleida. Aun así, la primera que tendrá importancia en Cataluña será la de Mataró, donde habrá 93 atracciones«, asegura Marcos Orús.
Del 11 al 20 de junio, el Parc Central de Mataró albergará esta feria en formato de parque de atracciones con cinco entradas provistas de puntos de desinfección. Cada atracción estará perimetrada, con una entrada y una salida, además de contar con dispensador de gel hidroalcohólico. «Cada 15 minutos se desinfectarán todas las atracciones. Además, dentro del parque estará prohibido fumar y comer, excepto en las zonas habilitadas para ello», explica.
Asimismo, en la feria habrá 22 vigilantes de seguridad, distribuidos en las zonas de acceso y en el resto del parque para garantizar que se cumplen los protocolos de seguridad. La feria abrirá sus puertas con un límite de aforo al 30%, en función de cómo evolucione la pandemia. «Esperamos que se amplíe», añade.
Tras la «valentía» del Ayuntamiento de Mataró, como lo califica Orús, ya se ha confirmado la reapertura de la feria de Premià de Mar, prevista para las dos primeras semanas de julio. En el horizonte, se perfila también la posible celebración de las ferias de Terrassa y Blanes, todavía en conversaciones. «Como si de un castillo de naipes se tratase, esperamos que después de Blanes caigan otras ferias como las de Gràcia, Canovelles, Mollet, Ripollet, Santa Coloma, La Barceloneta… Intentaremos ir a todas», asegura el portavoz del Gremio, con esperanza.