Si los partidos políticos que ahora discuten sobre el indulto hubieran actuado el 6 y 7 de septiembre de 2017 aplicando un 155 de verdad, no la broma del otoño de 2017, nos hubiéramos evitado un simulacro de referéndum, el deterioro de la imagen de España por una actuación policial sin sentido alguno una vez la consulta no había sido abortada con anterioridad a su celebración, una declaración de independencia fake , un proceso judicial que ha alimentado el victimismo y que ha colaborado a las victorias electorales del independentismo y que unas cuantas personas hayan pasado unos años en prisión o que vivan en el extranjero como huidos de la justicia.
Como ya he expresado reiteradamente, soy partidario de un indulto parcial, de las penas de prisión, pero no de inhabilitación, no porque crea que con eso se va a resolver el problema de fondo. Ni por asomo. Tampoco manteniendo a los políticos presos en la cárcel. Si no por una cuestión meramente estética: mejor que salgan definitivamente de prisión por un acto de “ gracia” que no que lo hagan igual, de hecho ya salen y entran a conveniencia, con el relato victimista tan querido por la sociedad catalana.
«Soy partidario de un indulto parcial, de las penas de prisión, pero no de inhabilitación, no porque crea que con eso se va a resolver el problema de fondo. Ni por asomo».
De hecho, el tema del indulto es un tema menor que es utilizado por el gobierno para asegurarse la mayoría parlamentaria de la investidura hasta el final de la legislatura o hasta que decida, encuestas mediante, adelantar las elecciones. La oposición, por su parte, trata de desgastar al gobierno aprovechando que el indulto es claramente impopular entre los ciudadanos españoles, al menos los de fuera de Cataluña. De la misma manera ERC lo utiliza como un éxito de su política de “diálogo” mientras Puigdemont lo considera una derrota, a él no le incluye, y continua reivindicando la amnistía.
«El indulto es claramente impopular entre los ciudadanos españoles, al menos los de fuera de Cataluña».
Lo importante sería que los políticos hubieran aprendido algo de lo ocurrido. Mi confianza es muy limitada. Los partidos , como empresas que son, tratan de maximizar el beneficio, en este caso alcanzar las máximas cotas de poder en el más corto plazo posible. Y para ello hacen lo que haga falta. Unos y otros. De derechas o de izquierdas, si esta distinción tiene hoy algún sentido, independentistas o constitucionalistas. Es más rentable para sus intereses cortoplacistas crear problemas que resolverlos. Después de mi el diluvio, piensan la mayoría de ellos.
Lo deseable sería que el independentismo aceptara las reglas del juego y tratara de articular una mayoría para reformar la Constitución. Como eso no va a ocurrir, lo presumible, ellos mismo no paran de repetirlo, es que , con las variantes derivadas del momento, vuelvan a las andadas. En este supuesto los constitucionalistas , gobierne quién gobierne, deberían tomar la iniciativa y aplicar un 155 indefinido, sin esperar a los hechos consumados.
«Lo deseable sería que el independentismo aceptara las reglas del juego y tratara de articular una mayoría para reformar la Constitución. Como eso no va a ocurrir, lo presumible, ellos mismo no paran de repetirlo, es que , con las variantes derivadas del momento, vuelvan a las andadas»
El independentismo teme más perder el poder que el hecho que alguno de sus dirigentes pase una temporada en la cárcel. Es más, sólo la convicción de que si lo vuelven a intentar se quedan sin la denostada autonomía de la que tan opíparamente viven, puede actuar de freno a otro intento de golpe.