Empecemos con una pregunta pertinente: ¿Vamos a salir reforzados de esta siniestra pandemia o estamos en el principio de una crisis mucho más larga y profunda? No tenemos la respuesta, pero si tenemos algunas pistas del camino del éxito o del fracaso.
Para empezar, el buen ritmo de la vacunación es una noticia muy positiva que nos abre una ventana de oportunidad para superar la crisis sanitaria, económica y política que ha dejado maltrecha nuestra sociedad.
En los próximos meses empezaremos a vislumbrar una recuperación de la actividad económica, pero es previsible que no todas las regiones del mundo se recuperen a la misma velocidad y que afecte de forma diferente a las distintas capas de la sociedad. Estamos lejos del final del tunel y aún no tenemos garantizado que todos juntos lleguemos al final con éxito.
Hay muchos efectos de la crisis que aún están ocultos. Proliferan las empresas zombies, aparentemente vivas pero en realidad muertas. Con deudas acumuladas ingestionables, trabajadores en ERTE y que en los próximos meses irán presentando sus certificados de defunción. El nivel de endeudamiento del estado es altísimo y no podemos confiar eternamente en una ayudas públicas insostenibles. Todo ello en un entorno de alta competitividad global, donde la transformación tecnológica y medioambiental es un reto imprescindible para la supervivencia empresarial.
Proliferan las empresas zombies, aparentemente vivas pero en realidad muertas. Con deudas acumuladas ingestionables, trabajadores en ERTE y que en los próximos meses irán presentando sus certificados de defunción
Por eso, la oportunidad que nos ofrece la vacunación y la superación de la pandemia no garantiza en absoluto que vayamos a superar la crisis económica y social. Nuestro futuro aún está por construir.
Lamentablemente, no parece que la Generalitat de Cataluña vaya a ser el motor que necesitamos para impulsar la recuperación. Desde hace años se ha convertido en una institución sin rumbo, atrapada en los debates emocionales del independentismo y la confrontación.
Para afrontar la recuperación con éxito debemos dejar atrás las cosas que nos enpequeñecen. La crispación política, los enfrentamientos identitarios o los falsos debates culturales, son un lastre que nos aboca a la decadencia económica y social. Es la hora de la gestión eficiente para superar la pandemia e impulsar una recuperación económica equitativa
Este es el momento de sacar toda nuestra artillería para impulsar la recuperación y sin duda Barcelona es una de nuestras mejores armas.
La marca Barcelona sigue siendo un activo diferencial, capaz de atraer a visitantes, empresas y talento emprendedor. Vivimos en una ciudad habitable y atractiva, con una gran riqueza cultural, cercana a espacios natural de gran belleza y con unas infraestructuras de primer nivel. Aprovechemos todo su potencial.
La marca Barcelona sigue siendo un activo diferencial, capaz de atraer a visitantes, empresas y talento emprendedor. Aprovechemos todo su potencial
Es el momento de Barcelona. De la gran Barcelona. El área metropolitana de los más de 3 millones de habitantes y que atesora más del 10% del PIB de España.
Podemos salir reforzados de esta crisis, pero solo si volvemos a creer en la Barcelona cosmopolita y emprendedora. Una metrópolis dispuesta a atraer el talento, a seducir a nuestros visitantes y a generar un entorno competitivo para las empresas. Una comunidad construida sobre valores de equidad y de sostenibilidad que nos conviertan en una sociedad mejor. Este es el camino para dejar atrás este año siniestro de dolor compartido.