El Gobierno ha enviado a Bruselas el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Plan fue aprobado en el Consejo de Ministros del martes 27 de abril y se ha enviado dentro de plazo. Este es el punto de partida para que nos lleguen los 140.000 millones de los fondos europeos, de los cuales 69.500 millones son subvenciones.
Ahora, la Comisión tiene dos meses (mayo y junio) para estudiar el Plan y discutirlo con las autoridades españolas. Y antes del 31 de octubre el Plan debería ser aprobado por el Consejo Europeo, teniendo en cuenta la opinión de los países que decidan opinar. A continuación, si todo va bien, la Comisión irá comprometiendo el dinero en proyectos concretos. Y posteriormente, a partir de 2022, irá liberando los fondos. Con calma.
El Plan de Recuperación y la Reforma Fiscal
El Plan diseña 10 Palancas de actuación y 30 Componentes. La Palanca 10 es “Modernización del sistema fiscal” e incluye 4 Componentes que, por su orden, son: 27. Prevención y Lucha contra el fraude fiscal. 28. Adaptación del sistema fiscal a la realidad del siglo XXI. 29. Mejora de la eficacia del gasto público. 30. Sostenibilidad del sistema público de pensiones.
En cada uno de estos componentes el Plan describe las reformas que el Gobierno piensa llevar a cabo. Vamos a utilizar esta información para dilucidar qué es lo que el Gobierno piensa hacer con el sistema fiscal. Además, en estos días ha habido declaraciones oficiales que matizan el alcance de estas reformas. Veamos.
¿Cuándo va a entrar en vigor la Reforma Fiscal?
Todo indica que el Gobierno quiere esperar a que se consolide la recuperación. No habrá ninguna reforma fiscal hasta que las condiciones económicas lo permitan. Esto significa que en 2021 y en 2022 no se va a cambiar nada importante. Tenemos que pensar en 2023. Se espera que en ese año la recuperación económica estará consolidada.
Todo indica que el Gobierno quiere esperar a que se consolide la recuperación. No habrá ninguna reforma fiscal hasta que las condiciones económicas lo permitan.
Ese es el timing, y por eso el Gobierno espera el Informe de la Comisión de Expertos. Ese Informe propondrá reformas en todos los impuestos básicos de nuestro sistema: Impuesto sobre la Renta, Sociedades, Patrimonio, Sucesiones, Valor Añadido, Transmisiones, Impuestos especiales, Impuestos medioambientales, Bienes Inmuebles.
Se ha fijado el 28 de febrero de 2022 como fecha para que la Comisión emita su Informe. Ya veremos. Seguidamente, el Gobierno tendrá que decidir qué propuestas de la Comisión merecen ser incorporadas a un Proyecto de Ley de Reforma Fiscal y llevarlo al Congreso. Eso sitúa la entrada en vigor de la reforma en el año 2023.
¿Qué están pensando reformar?
El Plan enviado a Bruselas es muy poco concreto en los detalles de la reforma fiscal. Se repite un discurso muy simple sobre la necesidad de construir un sistema fiscal equitativo, progresivo y justo, que reduzca la brecha de 7 puntos respecto a los países de la UE, que luche contra el fraude fiscal y la economía sumergida, que avance hacia la fiscalidad verde, que haga frente a los retos de la digitalización y la transición ecológica, que incorpore perspectiva de género… Así no sacamos nada en limpio.
Lo único concreto es lo siguiente (nuestros comentarios entre paréntesis):
1.En IRPF: quieren suprimir la deducción de 3.400 euros que se aplica actualmente en la tributación conjunta, argumentando que desincentiva la participación laboral del contribuyente de menos renta, normalmente la mujer. (Ha habido protestas y ya se han bajado de este caballo).
2.En Sociedades: aprovechando el tirón de Biden, quieren establecer un tipo mínimo de tributación sobre base imponible. En torno al 20%. Algo más para los Bancos. Quieren limpiar deducciones y bonificaciones. (Hay poca seriedad en muchas opiniones sobre el Impuesto de Sociedades).
3.Armonización de Patrimonio y Sucesiones: dicen que esperarán el Informe de la Comisión de Expertos y que esto se tendrá que ver en el seno de la reforma de la financiación autonómica. Veremos. (Armonizar es desconocer el Estado de las Autonomías. Y Patrimonio debe ser suprimido, sin paliativos).
4.En IVA: eliminar algunos tipos super-reducidos (tema delicado).
5.Fiscalidad verde: a) Equiparar la fiscalidad del gasóleo con la gasolina; b) Impuesto sobre Matriculación e Impuesto sobre Circulación: endurecer el régimen de los vehículos más contaminantes; c) Impuesto sobre Gases Fluorados de efecto invernadero: endurecerlo; d) crear un nuevo Impuesto sobre Depósitos de Residuos; e) crear un nuevo impuesto sobre Envases de Plástico; f) Crear un nuevo Impuesto sobre el Transporte Aéreo. Todo esto, de muy poca importancia recaudatoria, podría aplicarse ya en 2022.
6.Nuevos impuestos recién creados: están muy orgullosos con el Impuesto sobre Servicios Digitales (Tasa Google) y con el Impuesto sobre Transacciones Financieras (Tasa Tobin). (Recaudan muy poco y crean muchos problemas).
7.Crear una nueva tasa por el uso de las autovías de alta capacidad (peaje), a fin de recaudar los fondos necesarios para la conservación de la red viaria. (Están pensando en cobrar, por telepeaje, un céntimo por kilómetro).
8.En pensiones: Subir la base máxima de cotización, que hoy es 48.840 euros anuales; no dicen cuánto más; y subir también la pensión máxima. Hacer que los autónomos coticen por ingresos reales. Retrasar la edad de jubilación. Mantener el poder adquisitivo de las pensiones. (Subir la base máxima de cotización es una medida contra el empleo).
9.En Gasto Público: que la AIREF siga con sus ejercicios de revisión del gasto (spending review) e implementar sus recomendaciones. Nada concreto. (Habría que dar ejemplo contundente con esto, sin esperar al 2023).
Conclusiones
1.El Gobierno no quiere detallar nada importante sobre la reforma fiscal. Es evidente que reducir el déficit público es una prioridad absoluta. Y que para ello hay que aumentar la recaudación, controlar el gasto en pensiones y reducir el gasto público. También es evidente que todo ello no puede hacerse hasta que estemos todos vacunados y la recuperación económica esté consolidada: 2023.
2.Está claro que el Gobierno aplaza todo para el 2023 (el peaje de las autovías al 2024) porque su objetivo es ganar tiempo. La verdad es que ahora no se puede hacer nada y es una tontería dar disgustos a la gente. Mientras tanto, que trabajen los expertos de la Comisión.
Antes de eso, habrá un momento importante cuando estemos todos vacunados y se inicie el rebote de la economía. Ello puede ocurrir en la primavera de 2022. Entonces el Sr. Sánchez puede sentir la tentación de convocar elecciones generales. Y, una vez ganadas, se hará lo que haga falta. Entonces vendrán los detalles.
3.Las líneas de la reforma fiscal que hemos detallado más arriba no tienen capacidad recaudatoria. Las cifras de los nuevos impuestos creados o por crear son irrisorias. Necesitamos 30.000 millones de euros más al año. Y eso tiene que salir, sobre todo, de la creación de empleo. Y, una vez que el crecimiento esté consolidado, tiene que salir, sobre todo, del IVA y de los
Impuestos especiales (gasolina, gasóleo, tabaco, alcohol). En gasolina y gasóleo hay que pensar en subir el impuesto en 20 céntimos por litro. Aquí está gran parte de la brecha fiscal con Europa. Al lado de esto, sobra toda la fiscalidad verde.
4.Para implantar una reforma fiscal de verdad hace falta una mayoría política muy superior a la que tiene este Gobierno. Pensemos en que este Gobierno no ha sido capaz de algo tan elemental, y nimio, como equiparar la fiscalidad del gasóleo con la gasolina. Basta con que el PNV tuerza el gesto para que se echen atrás. Ahora ha ocurrido algo parecido con la deducción en el IRPF de los 3.400 euros en tributación conjunta. Es un tema pequeño (aunque no es justo suprimir esa deducción), pero se monta un guirigay y la señora Calviño dice que ha sido una errata (pero está en la página 341 del Plan). Con esta moral no se va a ningún sitio. No queremos ni pensar en la que se puede liar con la cotización de los autónomos, o con los tipos super-reducidos del IVA, o con el peaje de las autovías. O con la subida de la gasolina, el tabaco y el alcohol.
5.Por eso, para poner en marcha la reforma fiscal (y la laboral, y la de las pensiones), y para lo más importante, que es crear empleo, se necesita un gran acuerdo PSOE + PP.
Tal como están las cosas, es probable que el PP piense que, junto con VOX, puede obtener más de 176 diputados en las elecciones que vaticinamos para la primavera de 2022. Pues bien, aún consiguiendo esa mayoría, será imprescindible un acuerdo con el PSOE para hacer de verdad lo que el país necesita.