El separatismo, al menos el posconvergente, no tiene ninguna prisa por conformar un nuevo Govern que afronte las graves consecuencias de la crisis sanitaria, social y económica de la pandemia del COVID-19. Así se desprende de las palabras de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que ha descartado convocar una nueva ronda de consultas con los partidos hasta que no esté claro que será un independentista, en principio el republicano Pere Aragonés, el que ostente la Presidencia de la Generalitat.
Las negociaciones entre republicanos y posconvergentes no avanzan. El reparto de las sillas, la gestión de los millonarios fondos europeos para la reconstrucción y el papel que deben tener el expresidente Carles Puigdemont y el Consell per la República son algunos de los escollos que ERC y JxCat son incapaces de resolver dos meses y medio después de las elecciones del 14-F. Y a pesar de que la crisis arrecia, Borràs se niega a convocar una nueva ronda de consultas, que es el paso previo para otra sesión de investidura. Además, cuando lo haga, las reuniones no serán presenciales, sino telefónicas, según recoge El Nacional.
Nuevo rechazo al socialista Illa
Borràs, por otro lado, descarta totalmente permitir que el socialista Salvador Illa intente ser investido presidente. Su argumento es que Illa carece de los apoyos necesarios para alcanzar el cargo, por lo que considera que no tiene sentido ir a otro debate de investidura fallido, tal y como también sucedería en el caso de Aragonés si no logra la bendición de JxCat.
«El país no está para hacer investiduras fallidas», ha asegurado Borràs, «por tanto, cuando se haga, será porque ha de ser exitosa». Sobre Illa ha señalado que escuchará al exministro de Sanidad pero que, si «constata que la situación es la misma», es decir, que no tiene el respaldo de una mayoría suficiente, no le permitirá presentarse a la investidura: «No se trata de querer ser candidato sino de tener la viabilidad de serlo».