Desde antes del procés, ya en la etapa del Sr. Montilla al frente del Govern, se inició por parte del entonces Conseller de Economia Sr. Castells la victimización económica de Cataluña con la falsa comparativa de las pretendidas balanzas fiscales. Ya hoy olvidadas dada su evidente manipulación. Posteriormente, en la etapa inicial del procés, el aparato de propaganda de la Generalitat continuó esa senda con la creación y difusión del mantra «Espanya ens roba», extendiendo el concepto de déficit fiscal hacia una idea de un expolio infinito del conjunto del país hacia nuestra Comunidad Autónoma.
Esta línea de comunicación se apoyó en los tópicos supremacistas tan manidos como el del catalán trabajador y ahorrador versus un andaluz vago, un madrileño todo el día de fiesta, etc… Era la antesala del procés donde se buscaba generar un estado de opinión en el cual la pretendida independencia sólo podía traer maná económico al conjunto de la población, y dotar a este proceso de una teórica racionalidad y sentido.
Evidentemente, y como siempre sucede, la realidad se impone y hoy en día estamos inmersos en un visible proceso de decadencia con la huida de las sedes de empresas, el dramático cierre industrial (Nissan, Bosch,…), la fortísima caída de inversión, las mayores tasas impositivas de España, etc, que nos han llevado de ser la locomotora nacional a situarnos por debajo de la media en crecimiento económico de forma ya continuada.
Los fondos destinados a lo que podríamos llamar «competencias impropias», que es el cúmulo de actividad política únicamente destinada a alimentar la maquinaria independentista y que retrae recursos de las necesidades sociales y ciudadanas, asciende a una media de 7.000 millones de euros anuales.
Si ya ha quedado fuera de contexto ese falso maltrato económico a Cataluña, es momento de evaluar el propio impacto y repercusión económica del procès y del uso de los fondos públicos por parte de los sucesivos gobiernos separatistas.
El estudio detallado de los presupuestos en Cataluña nos aporta unas interesantes conclusiones. Los fondos destinados a lo que podríamos llamar «competencias impropias», que es el cúmulo de actividad política únicamente destinada a alimentar la maquinaria independentista y que retrae recursos de las necesidades sociales y ciudadanas, asciende a una media de 7.000 millones de euros anuales. Puede representar un 15% de la cifra anual de los presupuestos estando destinada principalmente a:
- Medios públicos de comunicación (TV3, Catalunya Ràdio…).
- Subvenciones a chiringuitos agitadores y medios de comunicación privados.
- Propaganda separarista de toda índole.
- Falsas «estructuras de estado» («embajadas», administración tributaria propia, Agencia espacial catalana…).
Para poner en comparación posibles usos alternativos de estos fondos, que fuesen realmente en beneficio de la población, podemos contraponer hipotéticas actuaciones como:
- 900€/año para los 7,5 millones de catalanes (casi un salario mínimo mensual de regalo para todos).
- Una nómina de 1.800€/año para cada trabajador en activo (2 salarios mínimos mensuales para cada trabador en activo).
- Reducción del 40% de los impuestos por IRPF pagados en Cataluña (fuera de las competencias propias, pero como claro ejemplo del impacto económico que nos representa).
Las cifras anteriores son un mero ejemplo comparativo de usos alternativos bajo la premisa de distribuirlos directamente a la población. También podrían equilibrarse con las necesarias inversiones adicionales en Educación y Sanidad, donde Cataluña se encuentra claramente en la cola de las CCAA en fracaso escolar y atención sanitaria, entre otros. Ámbitos que no han sido considerados prioritarios para los diferentes gobiernos; y que no debe darnos sorpresa alguna, ya que nos lo han ido diciendo claramente: primero la independencia.
«Su independencia», muy lograda a base del enriquecimiento de las entidades y personas vinculadas al aparato independentista, sirvió para alimentar el bolsillo de muchos listillos
«Su independencia», muy lograda a base del enriquecimiento de las entidades y personas vinculadas al aparato independentista, sirvió para alimentar el bolsillo de muchos listillos. Son los beneficiaros del procés y de su regadío de miles de millones. Fue el mayor robo de la historia de Cataluña.
Que verguenza de artículo, se titula análisis y no es ni capaz de decir de donde provienen los números que muestra. Ni de coña la suma del presupuesto de TV3, chiringuitos y estructuras llega a estos 7mil millones, de modo que los autores tienen que detallar claramente su origen. Reirse de las balanzas fiscales cuando estás, almenos, publican sus calculos y desde el Gobierno de España se han publicado resultados parecidos, y no ser capaz de decir nada del origen de los propios es una verguenza, y solo muestra su voluntad de manipulación.
Cuando sepan de donde proviene su número, nos lo cuentán.
Sírvete tú mismo (y repasa tu ortografía…):
http://aplicacions.economia.gencat.cat/wpres/2020/02_llei.htm
El separatismo ha perdido el 30% (casi 1 de cada 3) de los votos que obtuvo en 2017: de 2.079.000 a 1.456.000, més de 623.000 catalans han dit adéu al prusés, la secesión ya no les ilusiona, no ven necesario movilizarse.En 2019 hubo cuatro elecciones en Cataluña y , en todas, el separatismo perdió más de 300 mil votos.Por cierto, no había COVID