No es la primera vez que el líder de Unidas Podemos y hoy candidato a la Presidencia de la Asamblea de Madrid, Pablo Iglesias, hace guiños al separatismo que poco tienen que ver con la línea de En Comú-Podem. El pasado mes de enero equiparaba a Carles Puigdemont con los exiliados del franquismo. Algo que le costó una numerosas críticas y de lo que tuvo que retractarse. Ahora, Iglesias, en plena campaña electoral y con la crispación en niveles máximos, vuelve a las andadas e intenta ganar para su causa a la derecha y a la extrema derecha independentistas, lideradas por Puigdemont.
El candidato, al que las encuestas no auguran precisamente un resultado brillante en las urnas madrileñas, ha equiparado este jueves el procés y el movimiento del 15-M, del que surgió Podemos, hoy reconvertido en Unidas Podemos. En una entrevista en Rac1, Iglesias ha definido el proceso separatista, guiado por las élites, como «un anhelo democrático autodeterminista» frente al que han reaccionado «la ultraderecha y los poderes profundos del Estado». Unidas Podemos, ha añadido, es similar pues se trata de otro «anhelo democrático para cambiar las cosas«.
De élite a élite
De este modo, Iglesias ha convertido a las élites separatistas y a las de la extrema izquierda española en víctimas de una supuesta persecución orquestada por el Estado. Ha recordado, eso sí, que el 15-M fue reprimido por «muchas fuerzas políticas» catalanas, que «no lo entendieron en ese momento y mandaron a los Mossos» contra los jóvenes que asediaron el Parlament el 14 y el 15 de junio de 2011 y que obligaron al entonces presidente Artur Mas a acceder a la zona a bordo de un helicóptero.
Iglesias, finalmente, ha cuestionado que separatistas y podemitas se enfrenten por ver cuál de los dos movimientos ha sido más «reprimido» porque esto «no ayuda a los demócratas». «El fascismo», ha concluido, «es una reacción ante los anhelos democráticos de los pueblos, que se expresan en diferentes lugares y en diferentes contextos». Un discurso muy alejado del que mantiene hoy en Cataluña la líder de En Comú-Podem, Jéssica Albiach, que rechaza de forma tajante cualquier posibilidad de formar parte de un Govern en el que haya representantes de JxCat, el partido de Puigdemont y heredero de la extinta CDC de Artur Mas.