Una de las pruebas más evidentes que las campañas para atemorizar a la población y hacerla comulgar con ruedas de molino ha tenido éxito es la resignación con que los ciudadanos aceptan la absoluta desatención de los servicios públicos con la excusa del teletrabajo producto de las medidas ‘para evitar la propagación de la pandemia’.
Si el teletrabajo provoca retrasos en la tramitación de expedientes de la ya muy lenta administración a todos los niveles, lo que es un auténtico escándalo es la práctica de la cita previa para cualquier relación con la administración y algunas corporaciones prestadoras de servicios básicos como eléctricas, bancos o telefónicas que ya prestaban un servicio de ‘desatención telefónica’ notablemente abusivo.
Lo que es un auténtico escándalo es la práctica de la cita previa para cualquier relación con la administración y algunas corporaciones prestadoras de servicios básicos como eléctricas, bancos o telefónicas
Conseguir ser atendido para cualquier trámite en organismos vitales como la seguridad social, sanidad, si no se trata de COVID, extranjería y en general en todas las administraciones se ha convertido en un calvario. Todo ello sin justificación.
Funcionarios detrás de mamparas de cristal, o empleados de banca, no parece que estén más expuestos al virus que los que tenemos que coger cada día el transporte público, que los camareros, los taxistas etc.. La realidad es que las citas en muchos organismos, si logras conseguirlas tras muchos intentos, tardan un mínimo de tres semanas.
«Funcionarios detrás de mamparas de cristal, o empleados de banca, no parece que estén más expuestos al virus que los que tenemos que coger cada día el transporte público, que los camareros, los taxistas, etc»
La consecuencia lógica de esta situación es la proliferación de corruptelas de particulares y o funcionarios en forma de compra de citas o ‘amiguismo’. Cuando las cosas no funcionan la gente se busca la vida acercándonos cada día más al deseo de muchos políticos: la república bolivariana. Y lo peor es que parece que la medida de las citas previas ha venido para quedarse.
«La consecuencia lógica de esta situación es la proliferación de corruptelas de particulares y o funcionarios en forma de compra de citas o amiguismo»
Ya hemos visto hace poco el acuerdo entre administración y sindicatos para que 200.000 funcionarios continúen con tres días a la semana ‘trabajando’ en casa. El teletrabajo es una herramienta muy útil en muchas circunstancias, pero su uso generalizado en la administración pública y grandes corporaciones es un auténtico atentado a los derechos de los usuarios.