La fusión entre Caixabank y Bankia provocará una de las fracturas sociales más graves en la historia bancaria de nuestro país. Se prevé que prácticamente uno de cada cinco trabajadores perderá su puesto de trabajo en ambas entidades. Caixabank ha dado a conocer hoy el ERE planteado por causas organizativas y para evitar duplicidades. Además, espera cerrar 1.534 oficinas. Las primeras reacciones no se han hecho esperar: los sindicatos rechazan de plano este expediente.
“Creemos que Caixabank pretende ir más allá de la simple eliminación de duplicidades. Que la plantilla pague la factura de la fusión y la pandemia, aprovechando un ERE por causas organizativas. Un expediente con el que quieren recortar las condiciones laborales, planteando unas condiciones de salida indignas y miserables”, ha criticado Víctor Miravete, secretario del sector financiero de la UGT.
Desde UGT califican la propuesta de salvaje y vergonzosa, además de una falta de respeto a la plantilla: “Nos lleva a más despidos forzosos. La cifra de excedente es desproporcionada, y la forma en que la dirección quiere canalizar las salidas rompe con las fórmulas de consenso utilizadas hasta ahora. La dirección opta por la vía fácil: la mejora de los ratios de eficiencia vía gastos estructurales”, ha detallado. Es decir, los mismos clientes con menos oficinas y empleados.
«Caixabank pretende que la plantilla pague la factura de la fusión y la pandemia, aprovechando un ERE por causas organizativas. Un expediente con el que quieren recortar las condiciones laborales, planteando unas condiciones de salida indignas y miserables«
Víctor Miravete, secretario del sector financiero de la UGT.
¿Gobierno progresista?
A finales de febrero, el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital autorizaba la fusión de Caixabank y Bankia, tras la aprobación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Como requisito, el Estado, accionista de Bankia, tendría una participación del 16,1% en el capital de Caixabank. «Esta condición no se puede convertir en un cheque en blanco para dar el visto bueno a los ajustes propuestos por la dirección», ha lamentado Miravete.
En un contexto de crisis sanitaria y económica, un gobierno progresista no puede avalar el despido de esta cantidad de trabajadores. Aún menos bajo los criterios de Caixabank: «Quieren expulsar del mercado de trabajo a personas que no tienen edad para prejubilarse y con escasas posibilidades de reinserción laboral«, ha afirmado. En la actualidad, el sector financiero atraviesa un proceso de transformación/reconversión: en la mayoría de los bancos se llevan a cabo ajustes de personal y cierre de oficinas.
Movilizaciones en marcha
Así pues, el sindicato avisa que la propuesta de la entidad, les lleva al «camino del conflicto y la movilización». E insisten: este proceso de reestructuración no debe excluir del diálogo a la representación laboral, la voluntariedad en la adscripción a las medidas de extinción y el respeto a las condiciones laborales de la plantilla.