El Servicio de Mediación Vecinal del Ayuntamiento de Barcelona ha gestionado 664 casos de conflictos de convivencia derivados del confinamiento por el COVID-19, que ha hecho aumentar las demandas de intervención en conflictos vecinales, ha informado el Consistorio este jueves en un comunicado.
En total, este servicio ha detectado 749 problemas, de los cuales 490 (el 65,5%) han sido por molestias producidas por ruidos y música, seguidas de lejos por las quejas por obras o instalaciones (52), el mal uso de espacios comunes o molestias producidas por los animales de compañía.
Uno de los distritos que más ha apostado por esta vía de resolución de conflictos ha sido el del Eixample, que ha impulsado el proyecto piloto Eixample Districte Mediador, que ha cerrado 246 casos entre marzo y diciembre, de los cuales 190 (el 76,9%) se han gestionado sin llegar al circuito de servicios de inspección, según informa Europa Press.
Un mes para solucionar el problema
La causa principal de solicitudes de mediación han sido las molestias producidas por ruidos y música (el 63,5%) y, según el Consistorio, este servicio «se ha demostrado útil» para resolver quejas por ruidos entre pisos o también de algún negocio situado en la planta baja.
El Ayuntamiento ha asegurado que el servicio ha permitido optimizar y mejorar el uso de recursos municipales, evitando la saturación de los canales de denuncia (Inspección y Guardia Urbana) y agilizando los plazos de resolución para la ciudadanía. En este sentido, la prueba piloto del Eixample ha tardado de media 31 días en tratar un expediente a través de la mediación, «cuando de media los servicios de inspección de distrito necesitan unos 309 días en cerrar un expediente«.