El activista, economista y profesor Arcadi Oliveres ha muerto este martes a mediodía a los 75 años tras una grave enfermedad, según ha informado su familia en un mensaje a través de Twitter y en la página web ‘Paraules per a l’Arcadi‘.
«Con una mezcla de tristeza por el momento, de alegría por lo vivido y de agradecimiento por el amor recibido, la familia Oliveres Künzi comunicamos que Arcadi Oliveres ha fallecido este mediodía», han lamentado en el comunicado.
La familia ha añadido: «Estamos enormemente agradecidos por las muestras de afecto que habéis hecho llegar a Arcadi durante las últimas semanas, con las que lo habéis hecho sentir querido y acompañado y nos ha ayudado a celebrar su vida».
«Estamos enormemente agradecidos por las muestras de afecto que habéis hecho llegar a Arcadi durante las últimas semanas, con las que lo habéis hecho sentir querido y acompañado y nos ha ayudado a celebrar su vida»
Miles de mensajes de afecto lo arroparon en sus últimos momentos
El entorno del activista lanzó ‘Paraules per a l’Arcadi’ a principios de febrero para vehicular las muestras de afecto que estaba recibiendo el profesor, que pudo leer «prácticamente» todos los más de siete mil mensajes que le escribieron.
En pocos minutos, Twitter se convirtió en toda una alfombra roja desplegada para hacer llegar a Arcadi mensajes de ánimo y cariño. Se cuentan por miles y es que, tal como explicó su familia a través del Tweet, Arcadi sabe dejar huella allí por donde pasa. Da igual si estás o no en sintonía política con él porque su máxima siempre ha sido y es el respeto y así, es muy fácil.
Se ha ido rodeado de cariño y homenajes
En los últimos meses, Oliveres recibió también distintos homenajes y premios, el Ayuntamiento de Sant Cugat anunció que lo nombraría hijo predilecto del municipio, y LaFede.cat renombró su sede como ‘Espai Arcadi Oliveres. Casa de la Justícia Global’.
Autor de numerosos libros y artículos, el activista publicó el pasado febrero su última obra, ‘Arcadi Oliveres. Paraules d’Arcadi. Què he après del món i com podem actuar’ (Angle Editorial), un volumen en el que resume su pensamiento político en 17 grandes conceptos.
«He recibido tanto de la vida que mi ilusión siempre ha sido devolver»
Arcadi Oliveres
Así agradecía Arcadi en una entrevista a El Periódico la vida que le ha tocado vivir, «Desde la familia en la que nací hasta esta enfermedad, se han ido juntado carambolas que me han hecho la vida muy agradable. No tengo ningún mérito»
«Desde la familia en la que nací hasta esta enfermedad, se han ido juntado carambolas que me han hecho la vida muy agradable. No tengo ningún mérito»
Arcadi Oliveres
Hasta luego profesor
«El No a la guerra del 2003 funcionó. La manifestación del 15 de enero fue un éxito. Sin embargo, a la manifestación contra la guerra de Afganistán no fue nadie. ¿Por qué? De Afganistán se explicó que iban a buscar a Bin Laden, a salvar a la mujer y a parar la producción de heroína. O sea, que iban a salvar Afganistán.
Pero lo cierto es que Bin Laden se encontró y se asesinó en Paquistán, la mujer afgana está peor y el tráfico de heroína se ha multiplicado por 5. Hoy producen el 88% del opio mundial», Arcadi Oliveres.
Cinco minutos, dos párrafos, eran suficientes para que el aula enmudeciese. Cada viernes por la tarde era una nueva aventura, un nuevo viaje de la mano de Arcadi a tierras lejanas donde su gente moría por el petróleo, por el coltán o por… vete a saber, con cualquier otro regalo ‘envenenado’ que le hubiese dado la naturaleza. Países enormemente ricos y expoliados por los poderosos, conspiraciones, asesinatos, príncipes y princesas.
Me quedo con todas esas tardes en las que compartió con nosotros tantas y tantas anécdotas. También con su sonrisa el día que lo despedimos en el aula con un gran ramo de flores. Hasta siempre profesor, que la tierra le sea leve.
Miles de personas lloran hoy su marcha y muchos periodistas teclean con amargura esas letras que jamás hubiesen querido escribir. Arcadi, siempre lo recordaré con gran cariño por su grandeza humana. Me quedo con todas esas tardes en las que compartió con nosotros tantas y tantas anécdotas. También con su sonrisa el día que lo despedimos en el aula con un gran ramo de flores. Hasta siempre profesor, que la tierra le sea leve.
