Pocos políticos debe haber en España que no utilicen a diario una red social tan irreverente como Twitter. Algunos lo hacen de forma compulsiva, como Carles Puigdemont o Quim Torra, y otros de una manera un tanto peculiar, como el ahora ministro de Política Territorial, Miquel Iceta. Pero ninguno ha sido capaz de renunciar voluntariamente a esta forma de relacionarse con los ciudadanos, aunque nunca esté del todo claro si son ellos los que escriben o si lo hacen sus responsables de comunicación. Solo Ada Colau se ha permitido el lujo de desconectar.
La alcaldesa de Barcelona anunció el pasado 3 de marzo que, como forma de celebrar su cumpleaños, se regalaba «unos días sin Twitter». «Hacía tiempo que lo quería probar», añadí en su mensaje. Y se dejaba una puerta abierta afirmado que ya explicará a sus casi 920.000 seguidores «qué tal la experiencia».
Desde entonces, ningún mensaje se ha publicado desde la cuenta de la alcaldesa de la capital catalana. Sin embargo, Colau sí mantiene la actividad en página de Facebook, donde acostumbra a publicar, casi a diario, largos textos sobre la actualidad del Consistorio. El último lo ha publicado este mismo viernes, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Concienciación Sobre el Autismo.