El ex secretario general de ERC, Carod Rovira, se sube al carro de Puigdemont y su Consell per la República

La presión para que el republicano Pere Aragonés acepte las imposiciones del fugado Carles Puigdemont desde Waterloo se intensifica tras el segundo intento de ser investido como presidente de la Generalitat. Ahora le llega desde su propio partido y, concretamente, por parte de uno de sus ex secretarios generales, Josep Lluís Carod Rovira. El que fuera uno de los líderes más controvertidos de la formación hoy dirigida por Oriol Junqueras y Marta Rovira no ha dudado en leer la cartilla a un Aragonés que tiene ahora un plazo de dos meses para volver a intentar ser el 132 presidente de la Generalitat.

En un artículo publicado en Nació Digital, Carod Rovira se muestra totalmente partidario de la tesis de Puigdemont sobre la necesidad de que sea el Consell per la República el que dirija el procés en esta nueva fase. En este sentido, y tal y como han indicado algunos representantes de JxCat en los últimos días, destaca que esta asociación privada radicada en Waterloo está «totalmente fuera del alcance de la ley española» y «tiene las manos libres para actuar en el exterior por la causa independentista». Y añade: «Y es el político catalán más conocido internacionalmente -y a quien al instante se asocia con la independencia- quien debe presidirlo: Carles Puigdemont».

Despreciado por «cálculos partidistas»

Carod Rovira acusa a Aragonés de «despreciar» al ex presidente y hoy eurodiputado por «cálculos partidistas«. Algo que considera «un error». Como también lo sería, matiza, «no escoger a Aragonés como presidente de la Generalitat». «Govern y Consell son necesarios, tienen funciones y ámbitos de acción diferentes y ninguno de ellos puede ser ni la competencia ni el contrapoder del otro porque en uno y otro han de estar presentes los mismos agentes si se quiere que Govern y Consell sean de todos y no solo de una parte», afirma.

El ex líder de los republicanos, finalmente, critica al hoy aspirante a la Presidencia de la Generalitat por haber decidido negociar antes con Guanyem-CUP que con JxCat. «Las formas son importantes», explica, «y comenzar las negociaciones con un grupo de nueve diputados, en lugar de hacerlo con otro que tiene uno menos que ellos, 32, no parece lo más adecuado para no irritar al segundo grupo».