La absorción de Bankia por Caixabank ha recibido esta semana las últimas autorizaciones pendientes: la de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia) donde manda Cani Fernández, y la del Ministerio de Asuntos Económicos, donde manda Nadia Calviño. Superados esos trámites, este viernes 26 ha quedado inscrita la absorción en el Registro Mercantil de Valencia. Recordemos que en Valencia radica el domicilio social de Caixabank. Tuvo que abandonar Barcelona para protegerse frente a la inseguridad generada por el procés. Como tantos.
Caixabank hará una ampliación de capital emitiendo acciones nuevas, que se entregarán a los accionistas de Bankia en la proporción de 0,6845 acciones nuevas de Caixabank por cada acción vieja de Bankia. El valor atribuído a Caixabank es el triple del valor atribuído a Bankia. Así, el peso de los accionistas de Bankia en la nueva Caixabank será sólo el 25,8%. En Caixabank habrá 8.061 millones de acciones, de las cuales 2.079 millones son las de nueva emisión (2.079 : 8.061 = 25,8%).
BANKIA DESAPARECE POR COMPLETO
Todos los activos y pasivos de Bankia se traspasan a Caixabank. Bankia deja de existir. Los accionistas, empleados y clientes de Bankia se convierten en accionistas, empleados y clientes de Caixabank. Este viernes ha sido el último día de cotización de las acciones de Bankia. Se espera que el lunes 29 estén cotizando las nuevas acciones.
QUÉ SIGNIFICA HACER LA DIGESTIÓN DE LA FUSIÓN
Esta absorción, acariciada durante años por Isidro Fainé, y ejecutada al milímetro de acuerdo con sus planteamientos, hace de Caixabank el mayor Banco a nivel de España. Ni BBVA ni Santander lo superan. Otra cosa es a nivel mundial, donde, gracias a los bancos filiales que tienen en el extranjero, Santander y BBVA superan a Caixabank. Santander es el número 1.
En Caixabank + Bankia los activos totales suman 451.000 + 210.000 = 661.000 millones de euros. Los empleados suman 35.000 + 16.000 = 51.000. Y las oficinas en España suman 3.570 + 2.127 = 5.697. Una barbaridad.
¿ERA NECESARIA ESTA OPERACIÓN?
Pese al meritorio esfuerzo realizado en Bankia por el Sr. Goirigolzarri y su equipo (bien respaldados por los 24.000 millones inyectados por el Estado), el futuro de Bankia no era brillante. Su beneficio en 2020 ha sido 230 millones de euros (541 en 2019). Eso supone sólo un 0,1% de sus activos. En cambio, en 2020 Caixabank ha ganado 1.381 millones (1.705 en 2019), lo que supone un 0,3% de sus activos totales, el triple que Bankia.
El 0,3% sigue siendo muy poco. Ciertamente, 2020 ha sido un año horrible por la pandemia. Además, con los tipos de interés por los suelos, el negocio bancario en España pasa por un mal momento. Una salida es generar más ingresos por comisiones. Caixabank ya lo está haciendo. Otra salida es aumentar el tamaño para mover mucho más dinero reduciendo personal y oficinas. Esto es lo que explica la absorción de Bankia. Era inevitable.
EL REPARTO DE PODER ENTRE LOS EQUIPOS DIRECTIVOS
La ecuación de canje determina cómo se reparte entre los accionistas la propiedad de la compañía resultante de la fusión. Despejado eso, el mayor problema, cuando hay una fusión entre iguales o parecidos, es el reparto del poder entre los equipos directivos. Ahí suele haber una pelea salvaje.
Nada de esto ha pasado en el caso de Caixabank pues no se trata de una fusión entre iguales ni parecidos. El predominio de Caixabank ha sido abrumador.
El nuevo Presidente del Consejo de Administración será el Sr. Goirigolzarri. Pero el Consejero Delegado y hombre fuerte del Banco será el Sr. Gortázar, de Caixabank. Y el hombre más fuerte todavía seguirá siendo el Sr. Fainé. De los 15 consejeros, 6 proceden de Bankia. No está mal para Bankia.
Sin embargo, las auténticas diferencias están en la Comisión Directiva. El antiguo equipo directivo de Bankia ha sido laminado. No queda casi nadie. No se han visto premiados sus esfuerzos, exitosos, para convertir a Bankia en una entidad saneada. Probablemente no había otra solución. Habrá 10 directivos de Caixabank frente a 3 de Bankia. Esto es decisivo. Las áreas que controlará Goirigolzarri serán sólo tres: Comunicación, Auditoría y Secretaría General. Todo lo demás queda para directivos de Caixabank. Esto se notará, y mucho, en todos los niveles inferiores.
SOBRAN MUCHOS EMPLEADOS Y MUCHAS OFICINAS
Para que los números salgan, es decir, para que los beneficios superen la suma de Caixabank y Bankia antes de la absorción, es necesario rebajar costes. Eso se hace reduciendo personal y cerrando oficinas. No hay otra.
Actualmente, Caixa tiene 35.000 empleados y Bankia 16.000. Son 51.000. Puede que sobren unos 8.000. Es un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) muy voluminoso. Hay unos 8.400 empleados mayores de 50 años. Parece que la plantilla de Bankia es de mayor edad y de menor sueldo.
A primeros de abril empezarán las negociaciones del ERE con los Sindicatos. Se pretende la máxima voluntariedad y el mínimo traumatismo, como ha sido habitual en el mundo de la Banca. Y sin cargar la mano sobre Bankia. En todo caso, el trauma es inevitable. Y siempre se pierde mucha masa gris y relación con el cliente. Tienen que aprender a retener el talento.
Por la misma razón, se reducirán drásticamente el número de oficinas. Caixabank tiene 3.570. Bankia tiene 2.127. Total: 5.697. Puede que se cierren unas 1.400 oficinas.
La integración operativa e informática es delicada, pero se hará bien. También la homologación laboral. Mucho más difícil es la integración real entre las plantillas de ambos Bancos, es decir, conseguir trabajar bien con gente distinta, aceptar jefes nuevos con otra forma de hacer las cosas. Esto es muy complicado.
QUÉ PASA CON LOS CLIENTES DE BANKIA
Caixabank hará todo lo posible por retenerlos, pero habrá descontentos.
Los que tengan cuenta corriente o Libreta de ahorro en Bankia recibirán un nuevo IBAN y continuarán igual con sus domiciliaciones. Otra cosa serán las comisiones. Caixabank cobra comisiones más elevadas que Bankia, y los clientes de Bankia lo notarán.
Los deudores por hipotecas o préstamos mantienen las mismas condiciones que tenían en Bankia hasta el término de la operación.
QUÉ PASA CON LA FUNDACION LA CAIXA
La Fundación La Caixa, a través de su holding Criteria, posee el 40,43% de Caixabank. Tras la absorción, tendrá un poco más del 30%. Mantener ese porcentaje es fundamental por dos razones: a) Ese 30% le permite al Patronato de la Fundación (que preside el Sr. Fainé) dictar el Protocolo de Gestión de Caixabank así como el Plan Financiero; esto es marcar la estrategia del Banco; y b) Ese 30% permite que la Fundación, y Criteria, formen parte del Grupo Consolidado Fiscal del que es entidad dominante Caixabank, lo que es fiscalmente muy eficiente.
QUE PASA CON LA PARTICIPACION DEL ESTADO
El Estado, a través del FROB, tiene un 61,8% de Bankia. Tras la absorción, tendrá un 16% de Caixabank: 1.290 millones de acciones. Recordemos que el Estado inyectó en Bankia 24.000 millones y que ha recuperado hasta ahora sólo 3.000. Quedan pendientes de recuperar 21.000. Casi nada.
¿Qué debe hacer el Estado con esa participación? La absorción es una oportunidad para que esa participación se revalorice. Es ridículo fijarse fechas para vender. Se debe vender poco a poco y al mejor precio posible.
El día anterior a la comunicación de la operación (3 de septiembre de 2020), la acción de Bankia estaba a 1,035 euros: la participación del Estado valía 1.970 millones de euros. Este viernes la acción de Bankia estaba a 1,784 euros: la participación del Estado vale 3.384 millones. Ya hay una plusvalía de 1.414 millones. Será imposible recuperar los 21.000 millones, pero merece la pena esperar y ver.
CONCLUSIÓN
Esta operación, igual que todo lo que ha pasado con Caixabank, se debe a un hombre singular, Isidro Fainé. Con puño de hierro y guante de seda, ha conseguido mantener a la Caixa apartada de las peligrosas manos de los políticos (catalanes y madrileños) y, por ello, ha conseguido mantener una gestión bancaria de calidad y sortear los embates de las crisis de 2008 y 2020.
Y, lo que a él le importa mucho, ha conseguido mantener como la niña de sus ojos la Fundación La Caixa, con sus participaciones (el 30% de la nueva Caixabank y el 24,8% de Naturgy, principalmente). A través de la Fundación, Isidro Fainé seguirá dirigiendo Caixabank. Y seguirá percibiendo dividendos de Caixabank y Naturgy para alimentar su obra social: 560 millones de euros en 2020 destinados a Asistencia Social, Investigación y Educación y Cultura. No hay otra cosa igual en España.
Su reto es asegurar la continuidad de esa obra.