El presupuesto de la Generalitat de Catalunya de 2021 es el prorrogado de 2020. Consolidado con sus organismos y empresas asciende a 46.057 millones de euros. Supone el 18,4 % del PIB catalán, tomando los datos de PIB de un año normal como 2019.
El presupuesto de la Generalitat se nutre de las transferencias de la administración general del Estado, de los recargos autonómicos sobre impuestos estatales (IRPF y especiales), de los impuestos cedidos (ITP, sucesiones) y de 15 tributos propios (aunque por éstos se recauden sólo 647 millones de euros, sustancialmente del canon del agua). El presupuesto se aplica a sanidad, educación y policía, así como a otros gastos. Quedan al margen del presupuesto de la Generalitat las pensiones de la seguridad social y clases pasivas de los catalanes, así como la mayor parte de las inversiones públicas, sufragadas por la administración central.
Las finanzas de la Generalitat de Catalunya se caracterizan por:
- Falta de neutralidad: una administración de la Generalitat secuestrada durante tres décadas por la continuidad en el poder de CiU y partidos sucesores generó unas finanzas públicas sui generis.
- Irresponsabilidad: Derivada de una falta de visión concreta de su tarea, de la impunidad política (nada tiene coste político, siendo su electorado muy movilizado y fiel), de la impunidad legal (visto la liviana tarea fiscalizadora del Parlament de Catalunya, de la Sindicatura de Comptes, del Síndic de Greuges, de los interventores y secretarios, y también del gobierno central, que hace lustros renunció a implicarse en los asuntos ‘catalanes’)
- Financiación de competencias impropias: actuaciones, ‘estructures d’Estat’, embajadas y políticas que duplican las actuaciones de otras administraciones caracterizan el presupuesto de los diferentes Departamentos de la Generalitat.
- Subvenciones y sobre sueldos: con la excusa de la lengua (esto es, sólo de una de las dos lenguas de los catalanes) se subvenciona sin mesura ni control cualquier aguaducho. A su vez, los altos cargos de la Generalitat cobran de media un 62 % más que sus equivalentes en la administración general del Estado. El de la Generalitat es más que un presupuesto, es lo que en catalán llamamos una menjadora, una repartidora.
- Despilfarro e ineficiencia: debe ser porque paga Madrit pero no se paran cuentas a la hora de pagar elefantes blancos (como la mina de la Línea 9 del metro), de manejar comisiones (Cataluña es la Comunidad Autónoma como mayores casos de corrupción llegados a la justicia). A nadie importa la efectividad, la eficacia y la eficiencia del presupuesto de la Generalitat.
- Expansionismo: Entre los años 2000 y 2020 el presupuesto de la Generalitat separatista se multiplicó por ¡3,6 veces!
- Antisocial: los capítulos sociales del gasto, con relación al total, se redujeron entre 2005 y 2020 desde el 34,7 al 28,3 % en sanidad y desde el 20,8 al 17,8 % en enseñanza. (Véase la Figura 1.) Entenderemos que Cataluña tenga la lista de espera para intervenciones quirúrgicas más larga de las 17 CC.AA. y entenderemos la pésima calidad de la enseñanza de la Generalitat, según revelan las pruebas PISA, probablemente por la inmersión sólo en catalán y el adoctrinamiento.
- Infierno fiscal: inventaron todo tipo de impuestos (15 propios, frente a los 4 de la Comunidad de Madrid o los 6 de Andalucía). Lo que los separatistas ahuyentan tan bien (empresas, personas, inversiones y actividad se va a…Madrit, naturalmente.
- Quiebra: desde 2012 la Generalitat está rescatada por el Estado español a través del FLA y fondos autonómicos, que cubren el déficit de ingresos y los gastos disparatados.
- Crisis fiscal: en 2021 (con un presupuesto prorrogado de 2020 que se basó en los datos de 2019) los gastos presupuestados superarán muchísimo a unos ingresos que serán mucho menores debido a los impactos de la pandemia Covid-19. Una honda crisis fiscal está en el horizonte de Cataluña y de España.
Ante esta situación de la actividad y las finanzas de la Generalitat urge abreviar el desenfreno, urge recomponer el Estado democrático y social de derecho, y urge detener la decadencia financiera, económica, social y política de Cataluña.