La intolerancia con los catalanes contrarios en la secesión es uno de los signos identificativos de la Cataluña nacionalista. Y, lamentablemente, parece lejos de desaparecer. Una prueba de esa intransigencia se dio ayer en TV3, donde el programa Planta Baixa contó con la presencia de un periodista que apostó abiertamente por señalar y «tener controlados» a los ciudadanos que mantengan posturas ideológicas ultra conservadoras.
El periodista en cuestión responde al nombre de Pol Andiñach, y ha publicado un libro con el título Tothom pot ser antifa. A raíz de la obra, Andiñach fue entrevistado en el espacio matinal Planta Baixa, donde, entre otras cosas, explicó en qué consistía la práctica del doxing. «Desde el movimiento antifascista, el doxing se entiende cómo identificar a personas con ideología de extrema derecha o neonazis a nivel local y tenerlos controlados. Lo que hacen los movimientos antifascistas desde hace tiempo es tenerlos identificados, saber dónde trabajan, y articular campañas de presión en su lugar de trabajo, haciendo que sus vidas sean más difíciles y que se sientan incómodos», explicó Andiñach.
El periodista justificó lo extremo de sus prácticas alegando que se trata de ciudadanos con «ideologías que ponen en peligro a muchas personas y no se ha de normalizar que las puedan expresar libremente». Llama la atención que TV3 acompañase sus explicaciones con imágenes de activistas constitucionalistas retirando lazos amarillos de la vía pública, asimilando de esta forma a los no nacionalistas con la «extrema derecha».
Críticas desde el constitucionalismo
El vídeo con sus declaraciones, que ha circulado con profusión en las redes sociales, ha merecido el rechazo de distintas voces del ámbito constitucionalista. Uno de ellas ha sido la del consejero de Barcelona pel Canvi Javier de Erausquin, que ha acusado en su Twitter a TV3 de «dar voz al fascismo» y advertido de lo siguiente: «Aquí la clave está en que ellos deciden quién es extrema derecha y quién no. Ellos deciden a quién acosan y a quién no». Por su parte, la columnista de The Objective Andrea Mármol también se ha hecho eco de las declaraciones de Andiñach alertando del peligro de ese tipo de antifascismo: «Da mucho miedo».
El separatismo ha perdido el 30% (casi 1 de cada 3) de los votos que obtuvo en 2017: de 2.079.000 a 1.456.000, més de 623.000 catalans han dit adéu al prusés, la secesión ya no les ilusiona, no ven necesario movilizarse.En 2019 hubo cuatro elecciones en Cataluña y , en todas, el separatismo perdió más de 300 mil votos.Por cierto, no había COVID como escusa.
N.B. PODÉIS SEGUIR HACIENDO EL PARIPÉ, PERO SÓLO TENÉIS UN 26% DEL CENSO EN LAS «PLEBISCITARIAS» DEL 14-(FC(con estos datos, mejor estás calladito, memo.)