Pere Aragonès, presidente en funciones y candidato con más opciones a seguir presidiendo la Generalitat, publica un artículo el martes 23 en el Ara —Construir confianzas para transformar el país— que más parece un anuncio de una empresa energética o telefónica: «La situación que vive el país nos exige ponernos en marcha este mismo viernes aprovechando la oportunidad que tenemos de construir un Govern con la energía renovada. Y estoy convencido de que nos pondremos de acuerdo. Porque estamos preparados. Porque estoy preparado.» Dime de qué presumes…
«A tres días del primer debate de investidura, que ha de tener lugar como máximo este viernes 26 de marzo, el candidato Aragonès sólo puede exhibir, y exhibe, un preacuerdo con la CUP«
A tres días del primer debate de investidura, que ha de tener lugar como máximo este viernes 26 de marzo, el candidato Aragonès sólo puede exhibir, y exhibe, un preacuerdo con la CUP. Que ni que fuera un acuerdo garantiza nada puesto que ERC y CUP sólo suman 42 diputados, bastante lejos de los 68 que necesita. El concurso de JxCat parece aún lejano; la cosa va para largo.
El contenido del preacuerdo, con vista al «gobierno plural, fuerte y estable» al que aspira Aragonès, queda resumido así: «Hacer frente a la emergencia habitacional; reforzar la atención primaria del sistema de Salud; repensar el modelo de gestión de orden público, y crear las condiciones para afrontar el próximo embate democrático con el Estado».
«Cómo un embate puede ser democrático son cuestiones que es de suponer que nos aclarará en el debate de investidura»
Con los verbos «hacer frente», «reforzar» y «repensar» se puede medir perfectamente la dimensión de lo preacordado. Y un embate es, según el diccionario, un «golpe impetuoso de mar» o, en sentido figurado, una «acometida impetuosa». Qué significa crear condiciones y cómo un embate puede ser democrático son cuestiones que es de suponer que nos aclarará en el debate de investidura.
Sólo una concreción: Aragonès está dispuesto a someterse a una moción de confianza a media legislatura, con lo que queda garantizada la falta de estabilidad que aporta siempre la CUP. Con socios como estos, quién necesita oposición. Sin embargo, el candidato lo ve al revés y entiende que este compromiso «asegura la estabilidad, y lo hace porque tiene la virtud de establecer y rehacer complicidades desde la exigencia mutua en un momento tan complejo como el actual».
«Aragonès está dispuesto a someterse a una moción de confianza a media legislatura, con lo que queda garantizada la falta de estabilidad que aporta siempre la CUP. Con socios como estos, quién necesita oposición.»
A ver qué cara pondrá cuando le digan, como Eulàlia Reguant le dijo a Carles Puigdemont en 2016, que «el acuerdo muta».
El orden público, moneda de cambio
Otra cuestión muy concreta, pero que curiosamente no menciona en su artículo, es la suspensión de los proyectiles de foam, que ya cuenta con el rechazo de los sindicatos de Mossos d’Esquadra.
«Desarmar a la policía, ¿no significa estimular las algaradas y consiguientemente la comisión de todo tipo de delitos?»
Mossos d’Esquadra empezaron a utilizar los proyectiles de foam para substituir a las pelotas de goma, prohibidas por el Parlamento de Cataluña; si ahora les quitan también el foam, ¿cómo se van a disolver los disturbios? Y otra pregunta inquietante: desarmar a la policía, ¿no significa estimular las algaradas y consiguientemente la comisión de todo tipo de delitos?
En declaraciones recogidas por ACN, los sindicalistas policiales hacen afirmaciones tan graves como éstas: «Es la primera vez que para dar luz verde a una investidura el cuerpo de los Mossos entra en el juego político como moneda de cambio.» «Seremos la primera policía europea sin ningún instrumento para mantener la distancia, nos están llevando al cuerpo a cuerpo», algo que «tiene consecuencias mucho más lesivas que mantener la distancia».
«Es la primera vez que para dar luz verde a una investidura el cuerpo de los Mossos entra en el juego político como moneda de cambio.»
Y se preguntan «si a los manifestantes violentos también se les pedirá que dejen de utilizar la violencia y los lanzamientos». Pregunta muy pertinente dada la sostenida promoción de la violencia callejera desde instancias institucionales con cualquier pretexto, sea la independencia, sea la libertad de expresión de un bocazas condenado a prisión.
«Si el preacuerdo llegase a acuerdo, tendríamos un gobierno que se pone de parte de los manifestantes violentos y deja a su policía en la estacada».
Si el preacuerdo llegase a acuerdo, tendríamos un gobierno que se pone de parte de los manifestantes violentos y deja a su policía en la estacada. Cualquier cuerpo de policía ha de poder recurrir a proyectiles de foam, de goma o de plomo cuando las circunstancias lo requieran, y es misión del gobierno que no tengan que hacerlo sino excepcionalmente. El próximo gobierno catalán se está preparando para hacer lo contrario.
El separatismo ha perdido el 30% (casi 1 de cada 3) de los votos que obtuvo en 2017: de 2.079.000 a 1.456.000, més de 623.000 catalans han dit adéu al prusés, la secesión ya no les ilusiona, no ven necesario movilizarse.En 2019 hubo cuatro elecciones en Cataluña y , en todas, el separatismo perdió más de 300 mil votos.Por cierto, no había COVID
N.B. PODEIS HACER EL PARIPÉ PERO SÓLO TENEIS UN 26% DEL CENSO DEL LAS «PLEBISCITARIAS» DEL 14-F.