Tres semanas lleva la coalición Guanyem-CUP esperando a que JxCat le responda al documento con sus propuestas para la formación de un nuevo Govern. Así lo ha denunciado Xavier Pellicer, que forma parte del equipo negociador de los cupaires y que, según ha explicado en Catalunya Ràdio, tiene claro que la posconvergencia liderada por Carles Puigdemont y Laura Borràs «no está suficientemente por el trabajo de ir al momento de crisis social, política y sanitaria que tenemos sobre la mesa».
ERC anunció el domingo que ya ha alcanzado un principio de acuerdo con la coalición de Dolors Sabater. Acuerdo que ahora deberán analizar las asambleas de Guanyem y de la CUP entre el martes y el miércoles para darle su visto bueno. Este documento contempla acciones en áreas como vivienda, sanidad e interior. Y, en lo relativo al procés, plantea la realización de un nuevo referéndum pactado con el Estado.
Aragonés, al servicio del fugado Puigdemont
Lo cierto es que, desde que comenzaron las negociaciones, ERC ha tenido una relación mucho más fluida con Guanyem-CUP que con JxCat. Algo que podría explicarse por, entre otros factores, la pretensión de Puigdemont de tutelar el nuevo Govern desde Waterloo a través del Consell per la República. Una pretensión que, de materializarse, convertiría al republicano Pere Aragonés en un presidente al servicio del líder de JxCat, tal y como sucedió durante la pasada legislatura con Quim Torra.
Sea como sea, desde Guanyem-CUP tienen claro que JxCat no está por la labor de alcanzar un acuerdo con los cupaires. Y ponen como ejemplo lo sucedido en la elección de la posconvergente Borràs como presidenta del Parlament, que ha sido definido por Pellicer como «una situación surrealista«. Según Pellicer, la decisión de presentar a Laura Borràs como candidata se tomó «horas antes» de que se constituyera la Cámara y los apoyos a la ya presidenta se dieron por «cierta voluntad de chantaje e imposición«.