Hasta ahora, el constitucionalismo crítico con la ingeniería social llevada a cabo por el nacionalismo había dedicado sus esfuerzos a denunciar el adoctrinamiento que tiene lugar en la Escola Catalana —en la que el castellano está vetado como lengua vehicular— o TV3 —que cuenta con un informativo infantil que interpreta en clave nacionalista hechos como el 1 de octubre o el encarcelamiento de Pablo Hasél—. Sin embargo, otro ámbito en el que se trata de inocular a los niños el sentimiento nacionalista había pasado inadvertido: las biblioteca públicas.
La constatación de que dicho adoctrinamiento —o, al menos, la tentativa de hacerlo efectivo— es real la acaba de aportar la Asamblea por un Escuela Bilingüe (AEB), que en un estudio al que ha tenido acceso Elliberal.cat demuestra el fuerte sesgo lingüístico y político en la compra de libros infantiles por parte de las bibliotecas públicas de Cataluña. El análisis evidencia que menos de tres de cada diez libros comprados para niños de hasta 12 años entre 2017 y 2019 son en lengua castellana. Asimismo, la incorporación de nuevos títulos sobre la historia o la organización política de España es residual. De cada 100 ejemplares con temática de historia o política, 96 se refieren exclusivamente a Cataluña y cuatro a España.
Un visión de Cataluña «nacionalista»
El estudio muestra, además, que la discriminación del castellano practicada por las bibliotecas va a más con el tiempo: si en 2017 la media de libros comprados en español era de un 34% sobre el total, en los dos años posteriores la media se queda en un 25%. De la misma manera, el informe pone de manifiesto que los contenidos referidos a España son relegados y que en su lugar se opta por aquellos que ofrecen una visión de Cataluña «coincidente con la del poder nacionalista».
Ante esta situación, la AEB denuncia que las «adquisiciones de las bibliotecas públicas no responden la demanda de una sociedad bilingüe, sí responden en cambio al objetivo de transmitir al público infantil que la única lengua de cultura es el catalán y que además es la única lengua de los catalanes, siempre por tanto en sintonía con lo que ya aprenden, escuchan y perciben a diario en la escuela». Por otro lado, la entidad señala que los libros infantiles son «hábilmente» seleccionados para «construir un relato de agravios de España a Cataluña». «Es especialmente preocupante la introducción sistemática en un gran número de bibliotecas de libros destinados a los sucesos del 1 de octubre de 2017, cuando estos hechos han merecido el reproche de los tribunales», advierte el dosier.
Remitirán una copia del informe a la UE
Por todo ello, la AEB reclama a la Generalitat «asumir los principios y valores del sistema de bibliotecas español y al Gobierno de España velar por la pluralidad». Y es que, a su juicio, los «menores de 12 años deben poder acceder a contenidos respetuosos con los programas educativos en lo que hace referencia a la historia de España, a la Constitución, al Estatuto de Autonomía, a las tradiciones y a la diversidad lingüística». Finalmente, la entidad tiene previsto remitir una copia del informe al Ministerio de Cultura, al Defensor del Pueblo y al Parlamento Europeo.