Si el pasado verano fue Carles Puigdemont (JxCat) el que saldó cuentas con Oriol Junqueras (ERC) vía libro, ahora es el posconvergente Quim Torra el que deja también negro sobre blanco su negativa visión del hoy aspirante republicano a la Presidencia de la Generalitat, Pere Aragonés: «Me decepciona, en todas las reuniones tiene siempre un papel pasivo, ausente, sin intervenir. Normalmente, en cada reunión le acabo preguntando si tiene algo que añadir. No pasa nunca».
Con estos y otros mimbres, JxCat y ERC intentan ahora pactar un nuevo acuerdo que les permita retener el Govern. El que alcanzaron en 2018 duró hasta enero de 2020, cuando ERC aceptó la sentencia de inhabilitación de Torra. A pesar de mantener una relación nefasta, ambos partidos estiraron la situación hasta que la sentencia fue firme ya en el verano. Entre las dos fechas, sucedió lo peor de la pandemia del COVID-19, gestionando cada formación por su parte y con resultados más que cuestionables.
Ahora, los dos partidos vuelven a negociar un nuevo Ejecutivo autonómico. La lentitud podría augurar que se están empleando a fondo. Pero también puede significar que no esté tan claro el acuerdo. Aún está sobre la mesa qué hacer y cómo. Las famosas hojas de ruta separatistas. ERC apuesta aún por la negociación con el Estado para lograr, entre otras cosas, un referéndum legal sobre la independencia y una ley de amnistía para los líderes del referéndum ilegal del 1-O. En JxCat son más partidarios de una reedición del otoño de 2017, aunque, con los gestos, acaban entrando siempre en el camino que marcan Oriol Junqueras y los suyos: mesa de negociación, proposición de ley de amnistía en el Congreso…
Artadi, la mujer fuerte de JxCat
Falta el espinoso capítulo de quiénes llevarán a cabo todo lo pactado. En ERC parece estar claro. En JxCat, dicen, el peso del Govern recaería en Elsa Artadi, que tendría en sus manos la vicepresidencia y la Conselleria de Economía. La espinosa cartera de Interior pasaría a manos de los republicanos, con la aún consellera de Justicia en funciones, Ester Capella, al frente, según apunta El Nacional. ¿Mantendrán su acuerdo con Guanyem-CUP de desmontar las brigadas de antidisturbios de los Mossos y de impedir que este cuerpo policial participe en los desahucios? El hoy titular de Interior, Miquel Sàmper, que ya se negó a esta posibilidad tras las algaradas por la detención del rapero Pablo Hasél, se quedaría con Justicia, aunque también hay quienes apuntan a la diputada Gemma Geis para hacerse cargo de esta conselleria.
La tercera pata del futuro Govern está en Guanyem-CUP. Han tenido que renunciar a la Presidencia del Parlament y conformarse con una de las secretarías de la Mesa. Y no está claro que vayan a formar parte del nuevo Ejecutivo. Vetados por JxCat, los cupaires tienen en su mano, otra vez, la investidura del republicano Pere Aragonés, que debería llevarse a cabo el próximo día 26. De no lograr entonces la mayoría absoluta, los diputados volverían a citarse el día 28. Y si tampoco fuera entonces posible investir al republicano, tendrían aún un nuevo plazo de dos meses para negociar. Nadie cree que los de Guanyem-CUP vayan a votar en contra. Pero sí es muy posible que se abstengan, lo que provocaría que Aragonés fuera elegido en una segunda vuelta.
Así las cosas, todo indica que estamos a las puertas de una nueva legislatura en la que será difícil que el Govern actúe al unísono. JxCat tendrá en sus manos la gestión de los fondos europeos para la reconstrucción que el Estado transfiera a Cataluña. Si sucede como en la última legislatura, los gestionará sin tener en cuenta a ERC, que podrá presumir de presidente pero que tendrá difícil sacar adelante sus proyectos más sociales. Les quedará, eso sí, el liderazgo de la relación entre la Generalitat y el Gobierno central.
El separatismo ha perdido el 30% (casi 1 de cada 3) de los votos que obtuvo en 2017: de 2.079.000 a 1.456.000, més de 623.000 catalans han dit adéu al prusés, la secesión ya no les ilusiona, no ven necesario movilizarse.En 2019 hubo cuatro elecciones en Cataluña y , en todas, el separatismo perdió más de 300 mil votos.Por cierto, no había COVID
N.B. TENEIS UN 26% DEL CENSO QUE ES LO QUE CUENTA EN LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y EN LA ONU..